Luis Suárez (Salto, Uruguay, 33 años), amigo íntimo de Leo Messi, se siente señalado por la directiva de Josep María Bartomeu. El uruguayo es presentado como el cabeza de lista de los damnificados en el plan de choque diseñado por la junta para purgar por el 2-8 de Lisboa. El charrúa respondió con un enigmático mensaje en las redes sociales que ha provocado multitud de interpretaciones: “Nunca olvides que eres el arquitecto de tu propio destino”. Un mensaje que desconcierta al barcelonismo después de que Messi haya expresado sus dudas sobre su continuidad en el Barça. A través del correo, Suárez respondió a las preguntas de EL PAÍS.
Pregunta. Usted figura ya como el tercer goleador (198) en la historia del FC Barcelona, por detrás de Messi (634) y Kubala (194). ¿Un argumento suficiente para justificar su continuidad frente a quienes sostienen que es el momento de negociar su salida pese a que tiene contrato hasta 2021? No hay que olvidar que ha marcado 20 goles esta temporada a pesar de estar lesionado.
Respuesta. Los goles son importantes en cualquier equipo, pero la exigencia en el Barcelona es absoluta. Como delantero, no solo trato de meter goles sino de ayudar al equipo en otras facetas. Se habla de algunos nombres que dio el presidente, de cambios que se pueden dar, pero nadie me dijo que quieran prescindir de mí; si este es el deseo del club estaría bien que el responsable que elija hable directamente conmigo. Llego seis años en el Barça, tiempo suficiente para decir lo que piensan. Mejor así que filtrar si soy uno de los que quieren que salga. Está por ver. Yo también quiero lo mejor para el club y mi idea hoy es seguir, pero si desde el club piensan que soy prescindible, no tengo inconveniente en hablar con los que decidan.
P. ¿Se siente corresponsable de la situación del Barça?
R. Cuando se pierde como se perdió en Lisboa todos somos responsables. Eso está claro, no sería justo señalar solo a un jugador o a alguna persona del club. A veces sí parece que se quiera personalizar, pero honestamente creo que nadie puede poner en duda mi compromiso con el Barcelona.
P. ¿Aceptaría ser suplente la próxima temporada después de lo sucedido, del cambio de entrenador y de saber que en la lista del presidente no es imprescindible?
R. Obviamente. Lo aceptaría aquí como lo acepte siempre en mi carrera. La competencia siempre es buena y si el técnico considera que debo arrancar desde el banquillo no tengo problema en ayudar con el rol que me otorguen. Creo que aún puedo aportar mucho a este club.
P. Usted está considerado uno de los pesos pesados del equipo y, además, se sabe que es amigo de Leo. ¿Eso le penaliza?
R. Cuando se habla de pesos pesados se mira a todos los que llevan más tiempo en el club. Es normal, pero hay mucho engaño en todo eso porque en realidad de un año a otro todo cambia. No me gusta comparar, cada lugar es distinto, pero recuerdo que en el Madrid el año que les eliminó el Ajax de la Champions se decía que Kroos estaba acabado, querían jubilar a Modric, decían que Ramos era un desastre y de repente ya no valía ningún jugador. Y al año siguiente todo les fue mejor y otra vez todos eran fenómenos y formaban un equipo de leyenda. Y claro está que era y son un equipazo, pero con la derrota ya se sabe que se dispara contra todo y contra todos. Y es una pena porque es así todo el tiempo, se opina de todo y sobre todo se juzga con mucha facilidad: lo que hoy es blanco, mañana es negro y viceversa. Honestamente creo que en ocasiones falta algo de coherencia, paciencia y sobre todo memoria. Cuando falta conocimiento o argumentos para explicar las cosas a fondo se suele sacar un motivo fácil y simple, una frase para repetir, pero el fútbol es más complejo. Y, por otra parte, ser amigo de Leo es un orgullo para mí, porque en la cancha no hay amigos, hay compañeros de equipo y estamos para ayudarnos todos con un objetivo común. Y, fuera de la cancha, tengo la suerte enorme de contar como amigo con una persona excelente como es Leo, una amistad que va más allá de jugar juntos hoy, que es algo circunstancial.
P. ¿Tiene un diagnóstico de lo que pasó contra el Bayern?
R. Fue uno de esos días donde todo salió mal. Nos vimos superados y no supimos cómo arreglarlo. No es una excusa pero está siendo un año muy extraño por todo, y desde luego el formato influye; el Bayern se adaptó y se mentalizó mucho mejor para una eliminatoria atípica. Veníamos quizá con algunas dudas y el Bayern lo tenía todo clarísimo.
P. ¿El problema fue el Bayern?
R. Ellos están muy bien, muy fuertes. A doble partido nunca sabremos qué podría haber pasado; seguramente también nos habrían eliminado, no sé. Pero es cierto que nosotros en el Camp Nou nos hacemos más grandes y que jugando fuera de allí siempre nos cuesta un poco más.
R. ¿Le gustaría quedarse?
R. Sí, siempre que se cuente conmigo yo quiero seguir aportando todo lo que pueda. Siento el apoyo de la gente desde que llegué y eso me da mucha fuerza también para continuar.
P. ¿Hablo con Koeman?
R. Aún no.
P. ¿Cómo se encuentra después de un año complicado por las lesiones?
R. Fue un año muy raro, con parones. El descanso me va a venir mejor por lo psicológico que por lo físico. El día del Bayern noté que ya estaba bien, que ya me adaptaba a la vuelta, después de la operación.
P. Kubala ya tiene una estatua, ¿Luis Suárez debería tener la suya?
R. No creo. Kubala fue un fenómeno. Si se valora mi trabajo y se tiene cuenta todo lo que hice y aún hago por el club, ya me sirve y me deja muy feliz.