Albert Celades ha sido destituido como entrenador del Valencia después de una nueva derrota del equipo contra el Villarreal. El equipo, tras el regreso de la competición de LaLiga ha encadenado tres derrotas (Real Madrid, Eibar y Villarreal), un empate y una sola victoria que han complicado la clasificación para la Champions e incluso para la Europa League a falta de seis partidos para que acabe la temporada.
El técnico había quedado muy tocado no solo por los resultados sino por la tensión que se había generado en el vestuario con las últimas discrepancias que terminaron por aparecer esta semana tras la derrota en Eibar. El reproche de Maxi Gómez por las alineaciones, con el castigo frenado por los capitanes, o la mala relación con el clan francés del vestuario, a raíz de sus críticas a Diakhaby por el error frente al Levante y las sospechas de una filtración sobre el carácter del central.
Pueden parecer detalles menores, pero no lo son en una situación de extrema debilidad derivada por las últimas derrotas. De hecho, la crisis de resultados ya venía desde antes de la interrupción de LaLiga por el estado de alarma. Si unimos los partidos previos al 10 de marzo -derrota contra la Atalanta- y los recientes los datos son demoledores. Dos victorias en los últimos 13 encuentros, por 8 derrotas y tres empates.
Tras el despido sorpresa de Marcelino
Celades llegó al Valencia el 11 de septiembre de 2019 después de que el máximo accionista Peter Lim despidiera por sorpresa a Marcelino, al que sentenció por sus exigencias sobre la plantilla y sus comentarios públicos sobre la planificación, a pesar de las dos clasificaciones de Champions y el título de Copa. Después llegó el despido del director general Mateu Alemany, símbolo de la reconstrucción del Valencia tras dos temporadas en 12ª posición.
Celades cayó con buen pie en el vestuario. Gustó en el grupo su actitud humilde, la de no querer tapar el vacío que dejaba el asturiano. Reconoció la gran herencia que recibía y, a pesar de que a veces se empeñó con el 1-4-3-3 que no siempre funcionaba, trató de conducir una transición pausada. La clasificación para octavos de la Champions -brillante con dos victorias de prestigio en Stamford Bridge y el Johan Cruyff Arena- le hizo ganarse el respeto dentro y fuera del club.
Tras la Supercopa de Arabia el equipo inauguró una peligrosa deriva de derrotas y goleadas fuera de casa, aunque mantenía la solvencia en Mestalla. Ridiculizado por la Atalanta en octavos de Champions, el equipo después ha ido alejándose de su objetivo y el club ha decidido poner fin a la aventura de Celades.
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