Bien, vamos poniéndonos al siempre interesante tema del buen ciclismo que siempre generan las grandes vueltas
Mirando el recorrido me gusta la inclusión de una contrarreloj por equipos en la prólogo. Y no me gusta la cortedad (solo 25,8 kms) de la única contrarreloj individual en la décima etapa. Parece que las antañas distancias de 50-60 kms ya no se verán. Aunque luego esa etapita pueda resultar determinante como ocurrió en el pasado Tour.
Por lo demás destacar el brutal comienzo ya en la tercera etapa con un final en el Arinsal de primera categoría precedido de cerca por el Ordino para hacer, supuestamente, la primera criba de favoritos.
Las etapas 12ª y 13ª bien pueden considerarse como muy determinantes en su devenir por los Pirineos franceses pasando por el Aubisque, Spandelle y con meta en el mítico Tourmalet. Y al día siguiente otra muy similar con meta en el Puerto de Belagua.
El calificativo de etapa reina se lo adjudicamos a la etapa 16ª con meta en el bestial Anglirú y sus dos primeras previos: Colladiella y El Cordal.
Curiosa la penúltima etapa con sus diez ascensiones todas de tercera categoría. Puede ser una trampa rompepiernas de consecuencias imprevisibles.