Siempre hemos sabido que el chaval no era muy listo. Más bien era más tonto que una piedra y su acento no ayudaba a la hora de darle el beneficio de la duda, pero cuando jugaba se veía que le ponía ímpetu
Si yo le tenía cariño era por que, aún sabiendo que era unineuronal, era un unineuronal que se dejaba los cojones por el Madrid, alcanzando la cumbre del putoamismo en el único momento brillante que ha tenido con esta camiseta:
Puto amo.
A raíz de que se le encumbrara el año pasado se ve que la pobre criatura no ha podido asimilar su nuevo estatus de megaestrella. Si con esa cara de gañán albaceteño mezclado con Jar Jar Binks te pones ese peinado de fucker es que muy bien de la cabeza no puedes estar, ahí ya empezó a gestarse el cáncer.
Nos encontramos con un central que espera vivir de las rentas, con un rendimiento bajo mínimos que nos está costando disgusto tras disgusto y que junto al calvo apuñalan al equipo y al entrenador aliándose con la prensa para asegurarse el puesto durante años y poder ser unos Guti y Raúl de la vida. Esto por supuesto debe cortarse de raíz.
El súmmum de lo increíble es que después de costarnos el gol contra el ManU en casa y ser señalado por su entrenador como el culpable va el muy cojo mantecas y suelta la perla de "Mi estilo y mi educación es no señalar a ningún compañero". Pero vamos a ver, hijo de la gran puta, que es tu puto entrenador, tu jefe, qué mierdas compañero, lo que había que hacer es no volverte a convocar hasta que te vuelva a crecer el pelo.
Y con esto me despido.