En España existe lo que llaman presentismo laboral, un concepto que consiste en permanecer en el puesto de trabajo, llueva o truene, las horas que sean necesarias y escenificar así una implicación con la empresa aunque se esté rindiendo a medio gas. El horario, de 9 a 2 con pausa para comer y luego vuelta de 5 a 8 es, en opinión de los expertos en productividad completamente ineficiente. Encima, según una encuesta de la empresa de recursos humanos Randstad, en 2012 el 85% de los trabajadores se quedaba más tiempo del necesario.
Por Europa es mucho más común la jornada de 8 a 4, con una pequeña pausa para comer. Este horario permite que los trabajadores concilien mejor su vida personal y profesional, siendo más felices y por lo tanto rinden más en el trabajo. Con esto, además de aumentar la productividad, el riesgo de absentismo es mucho menor.