#89 Me has recordado a un frikazo consolero de mediados de los 90 que era el crio más picado y atrapado que he conocido. Se acababa de apuntar a TKD en el gimnasio que yo estaba, y yo llevaba como 10 años en este arte marcial, y en dos meses se cabreaba porque "no podía conmigo", y tenía que vencerme en alguna parte, así que me invitaba a su casa a jugar al Street Fighter II de la PS1 (me acuerdo que metía un plástico de Caballeros del Zodiaco para ejecutar el CD pirata xD).
El caso de todo esto, es que generalmente me la sudaba ganar o perder en la consola, y este personaje se pasaba todo el día jugando para tratar de hacerse 'perfect' en todos los rounds conmigo. Le era imposible, y era tal su frustración, que un día tiró el mando y se puso a estrujar una cinta de VHS, pero como era algo canijo y friki, hacía mas ruidos con la boca que apretujando la pobre cinta. Me dijo que era para "descargar la tensión" debida a la consola.
Una semana después volví por su casa, no me acuerdo el motivo, y en un momento que entré en su cuarto, me fijé que había cintas de VHS echas pedacitos por todo su cuarto, y solo había un mando de la consola. Poco después descubrí horrorizado que el otro mando estaba en la casa de un vecino, en lo alto de un armario al cual llegó volando por la ventana a través del patio. Lo mas grave fué después, cuando un día apareció por el gimnasio con la marca de la ruedecita de las cintas VHS marcada en la frente. Aunque nunca lo confesó, creo que se la estampó el mismo en la cabeza.
No es el único caso que he conocido de esta gravedad, aunque es probablemente, el más acojonante. Un día debería escribir mis memorias sobre toda una larga lista de amigos raros que he tenido.