Sin escrúpulos.
Simplemente con más tiempo para meditar. El cambiar tu yo interior mediante la forma de cómo ves el exterior es la clave de la felicidad.
Rollo pirarme al Himalaya sin reloj ni día de regreso - cuando me harte - y contemplar la puesta y la salida del sol, escuchar el silencio y mi propio latido, vislumbrar la nieve, sentir el frío, desplazarme mediante mi propia biomecánica, recuperar mi ritmo circadiano propio... entender que estamos aquí de tránsito y que nada importa mucho.