La senda de los dioses, parte IV
Al final mi suposición era correcta, y al final del primero de los caminos he encontrado un laboratorio.
Este tipo de instalaciones, como suponía, me sorprenden con nuevos y valiosos objetos. Algunos de ellos prácticamente no necesitan explicación nada más verlos...
Cuando desciendo al laboratorio, veo que las instalaciones rebosan de cámaras de inventario de biónicos. Varios de ellos me vienen muy bien.
En especial, el de las articulaciones me permitirá recargar mi poder biónico simplemente moviéndome, lo cual puede resultar muy útil para generar pasivamente energía y no encontrarme demasiado bajo en un momento de crisis.
Al avanzar, en este mismo primer sótano, encuentro otro carné de científico y un terminal de contacto no preferente (aka portal).
Lo dejo en paz, ya que no creo que vaya a sacar nada bueno de ahí. En otro terminal soy capaz de obtener un mapa de los alrededores de nuevo.
También descubro algo de la historia del lugar...
Explorando las salas, me llevo alguna sorpresita inesperada. Menos mal que tengo mi armadura que es dios, porque si no ya estaría con él.
Encuentro también azlgo de azul de prusia, y una gran cantidad de lejía y otros compuestos de química. En unos almacenes encuentro también bastante plutonio, que me será muy útil para fabricar equipamiento de alta gama y repostar mi vehículo.
En este lugar también hay un analizador algorítmico. Sospecho que serviría para analizar las cajas negras de los helicópteros y aviones siniestrados del ejército (que misteriosamente no eran pocos).
Aunque lo intento, no soy capaz de acceder a la base de datos interna...
Veo una torreta que obstruye mi camino, pero directamente puedo destruirla con mi biónico de PEM. Sus disparos no me hacen nada a mi nivel de armadura actual.
De cualquier manera, todo esto es secundario. Mi verdadero objetivo está en elementos mucho más discretos que estoy recogiendo... Los reportes y notas de los técnicos de laboratorio.
Las intrucciones de estas notas resultan ser increíbles. Lo siguiente será contruir una interfaz de armadura en forma de biónico, para que lo que llevo puesto pase de ser una lata impenetrable a una extensión de mi cuerpo.
Ahora sí. Este es el verdadero camino de los dioses.