Los demonios eran demasiados. Docenas de ellos, con terribles armas de hielo y fuego. Apenas hemos destruído 20 de ellos.
Y aquí os dejo los últimos momentos de los guerreros. Solo puedo ver los dos últimos porque hay demasiados registros de combate:
Los cuerpos se terminan de quemar, y el humo termina de disiparse.
Hoy es un día triste para los enanos. Las esperanzas de llevar a la raza enana a su apogeo se han visto frustradas por cientos de demonios surgidos del abismo. Demonios de fuego, sombra, y resistentes como el acero. Eran tantos que no hemos podido hacer nada.
Pero levantamos la vista al cielo. Nuestros hermanos caídos serán recordados. Y mientras sellamos la entrada al infierno, esperamos que en otro lugar, en otro tiempo, los enanos tengan mejor suerte que nosotros.
Ha sido un placer combatir con ustedes, camaradas. Que Armok os guíe.
FIN.