Cogerle el truquillo a Quantum League es casi tan difícil como explicar su funcionamiento. A primera vista, es un FPS 1v1 o 2v2 en mapas bastante pequeños. Eliges un arma, te lanzas a por el adversario y a los 15 segundos se acaba la ronda.
Entonces, todo lo que has hecho se rebobina, vuelves al punto de partida y empiezas de nuevo. Solo que, esta vez, la primera ronda se repite simultáneamente con los clones de los jugadores. Acompañado por tu yo del pasado, es ahí donde empiezan los juegos mentales.
Sabes lo que ha pasado, sabes dónde estaba el enemigo y puedes intentar arreglarlo. Cuando te quitan toda la vida, no mueres, sino que te desincronizas, pero puedes seguir moviéndote y disparando. Así, en el segundo bucle temporal, puedes salvar a tu primer clon evitando que lo maten.
De nuevo, al pasar 15 segundos, se acaba la ronda, se rebobina y vuelta a empezar con el bucle final. Ahora ya estás acompañado por dos clones y tienes que intentar asegurar el objetivo, que puede ser un punto de control o simplemente conseguir más muertes que el enemigo.
Cuando Quantum League hace clic es cuando entiendes la importancia de recordar el pasado y planificar cada ronda, eligiendo la ruta, el arma adecuada y teniendo en cuenta los objetos del entorno que explotan, curan o se mueven.
Quantum League lo está desarrollando un pequeño estudio argentino con unos gráficos más que resultones en Unreal Engine 4. Aunque todavía queda tiempo para que salga, en Steam hay una beta abierta que se puede jugar por tiempo limitado. Esta beta tiene cinco de las ocho armas que están previstas, cuatro personajes y partidas clasificatorias tanto 1v1 como 2v2.