El juego (el primero) es la hostia, así de simple.
Sí, la historia no era la más original del mundo, de hecho era una de las pocas cosas que se le podían poner pegas, porque el sistema de combate con sus múltiples formas de afectar al entorno fue y sigue siendo brutalísimo, la forma de resolver las misiones de tan distintas maneras diferentes, increíble, y el apartado audiovisual (para el género) fue de 9,5 y porque algunas melodías de combate se repetían más de la cuenta. Y eso por no hablar de poder jugar en coop. TODA la aventura y que ambos players puedan elegir respuestas diferentes y se produzcan desavenencias (que se resolvían con un piedra, papel, tijera, sí pero era la polla) es de alucinar.
No es un género para todo el mundo, pues hay que ir con calma jugando a esta clase de juegos, pero desde luego el primero fue de lo mejor que apareció en su año (para mi, mi GOTY de 2014) no me cabe duda de que esta segunda entrega lo volverá a conseguir.