Jugar a videojuegos es una de las actividades más contaminantes, según este estudio
Según un estudio de Credit Suisse, jugar a videojuegos de forma intensiva en un PC potente supone una emisión similar a la de coger cuatro vuelos cortos en un año. La cifra baja si jugamos en consola.
¿Cuánto contaminan los videojuegos? No hacerlos, ni distribuirlos, cuyo impacto es desolador; sino jugar a videojuegos. Un estudio del banco europeo Credit Suisse ha marcado esta actividad como una de las más contaminantes que podemos realizar en casa, calculando que un uso extremo de un PC gaming de alto rendimiento una vez a la semana durante un año supone un gasto energético que provoca la emisión de 452 kg de CO2 a la atmósfera.
Este estudio relaciona la contaminación de ciertas actividades con la cantidad de árboles necesarios para contrarrestarla con el objetivo de concienciar a los ciudadanos de la necesidad de reforestar el planeta. En ese sentido, Treeprint (así es como se llama el estudio) considera que para paliar la contaminación de una persona jugando a videojuegos una vez por semana durante un año se requieren 11 abedules adultos.
Otras actividades de entretenimiento también son altamente contaminantes, pero no tanto como los videojuegos: utilizar un ordenador de sobremesa durante ocho horas al día emite 123 kg de CO2 anuales, lo que requeriría tres árboles en contrapartida, mientras que un portátil de trabajo emite 67 kg de CO2 al año, por lo que se necesitarían dos árboles.
Jugar en PC contamina más que jugar en PS4
Esas cifras se corresponden con un uso extremo de un PC de alto rendimiento, pero ¿qué ocurre cuando cambiamos de plataforma? Según este estudio, hacer un uso más liviano de un ordenador de las mismas características reduce las emisiones hasta los 153 kg de CO2 al año, mientras que si hacemos un uso intensivo de una PS4 Pro estaremos emitiendo 163 kg de CO2.
Las emisiones que suponen jugar a videojuegos de forma intensiva en PC una vez en semana durante un año sólo son comparables a las de otras actividades como comer carne roja y patatas con tomates cherry una vez a la semana (499 kg de CO2) o viajar en avión en distancias similares a la de Londres-París dos veces al año ida y vuelta (430 kg de CO2). Otro de los datos más impactantes de este estudio es el que señala que las duchas que nos tomamos a lo largo del año emiten 308 kg de CO2 a la atmósfera.
En base a esto, el medio francés Les Echos ha realizado una estimación de la cantidad de veces que deberíamos llevar a cabo estas actividades para reducir nuestra contaminación personal: partiendo de los datos del estudio de Credit Suisse, esta cabecera recomienda que dejemos de jugar a videojuegos y que nos duchemos sólo tres veces por semana con una duración máxima de tres minutos.
Como veis, el impacto ecológico de jugar a videojuegos es descomunal. Tened en cuenta que el estudio considera "uso intensivo" jugar una vez a la semana, por lo que la contaminación que genera un jugador no casual es bastante mayor a la que indica. Básicamente los videojuegos son totalmente incompatibles con evitar un cambio climático severo.
Llevo más de un año leyendo atentamente lo que se promueve desde organizaciones ecologistas, no por afinidad, sino por enterarme de lo que se cuece. En general son partidarios de una desdigitalización drástica. Proponen volver a un consumo similar al de un obrero europeo de 1930 (algunos directamente sugieren que volvamos a los tiempos anteriores a la Revolución Industrial), es decir, nada de Internet, móviles, ordenadores ni televisiones de uso privado. Las TIC son junto a la ganadería, la aviación y el transporte privado el sector que más tienen entre ceja y ceja. Los videojuegos están fatal vistos. Además de criticarlos por antiecológicos también los consideran extremadamente adictivos, una forma de atontar a la juventud y peligrosos para la salud (entre estos grupos es frecuente la idea de que la radiación que generan las pantallas es perjudicial para la salud).
La crítica al consumo de carne, a la aviación y a los coches comenzó en las organizaciones ecologistas. Me temo que más pronto que tarde también veremos ataques a las TIC en los medios masivos. Los videojuegos son mucho más superfluos que comer carne, usar coche o llamar por móvil, así que creo que muy pronto estarán fatal vistos. No habrá manera de justificar su impacto ambiental cuando no sólo son superfluos, sino que además hay mucha gente que siempre los ha odiado y que busca cualquier excusa para quitárselos del medio. Hace unos meses leí una entrevista a un científico en la que decía que Netflix es insostenible y este estudio muestra que jugar un rato a la semana a un videojuego consume mucha más energía que ver dos horas de Netflix al día.
Ya lo he dicho en alguna ocasión en MV y lo vuelvo a decir: veo muy probable que este medio no exista en 2050. Si acaso será para ricos, pero a nadie le beneficia tener un clima desbocado y no hay manera de hacer compatibles los videojuegos con evitar eso, así que la mayoría no podremos jugar. Amo los videojuegos desde niño y los echaré de menos, por lo que no tendría mucho sentido que matarais al mensajero. Centraos en el estudio científico que se ha publicado y en el panorama que tenemos. También temo por el cine, pero creo que ese medio, aunque también se verá muy perjudicado (las superproducciones pienso que tienen los días contados, el cine del futuro será más amateur), sobrevivirá gracias a que una película puede ser vista por cientos de personas a la vez y a que emitirla consume mucha menos energía que jugar a un videojuego.