The Behemoth debe de ser de las pocas compañías capaces de cambiar de género cómo de camisa y, encima, hacerlo bien. Van cuatro géneros en cuatro títulos y esta vez se han atrevido con el más distinto de todos: Pit People es mitad XCOM, mitad Pokémon, pero con el mismo humor absurdo de Castle Crashers y Battleblock Theater.
Como buen RPG táctico, en Pit People se avanza en la historia a base de combates por turnos en los que hay que mover a nuestros héroes por una cuadrícula. La gracia está en que tenemos seis huecos para rellenar con personajes que nos dan en la historia, mercenarios que compramos en el mercado y bichos capturados salvajemente por varios mundos. Igual que en Pokémon, hay que debilitar primero al equipo contrario, dejando solo a un luchador vivo, y después capturarlo con una jaula y alguien capaz de tirar redes.
Los luchadores pueden ser de varios tipos, cada uno con estadísticas y habilidades únicas. Elegidos los tipos, habrá que ir subiéndolos de nivel y eligiendo su equipamiento dentro de unas limitaciones de peso. En total, hay más de 1000 armas, escudos, sombreros y accesorios llenos de referencias frikis y memes.
Los combates en sí son los de un SRPG típico, pero bastante simplificados. No hay objetos, no hay habilidades especiales que podamos elegir cuándo usar y, por no poder, ni siquiera se puede elegir a quién atacar: cada luchador atacará aleatoriamente a alguien que tenga en rango. Esta limitación parece rara al principio, pero da todavía más importancia al posicionamiento, limita la efectividad de los ataques a muy larga distancia y provoca algunos momentos hilarantes cuando se toman riesgos para matar a alguien.
En este Early Access, solo viene una pequeña parte de la historia. Da para un par de horas muy entretenidas con Isabel La Católica siendo atacada por un oso de peluche espacial gigante, todo ello narrado por Stamper, la voz de Battleblock Theater. Mientras llega el resto de la historia, se puede seguir jugando en decenas de misiones paralelas con historias disparatadas. Algunas se eligen al salir de la ciudad, pero otras tendremos que encontrarlas explorando los mapas del mundo. Sí, mapas en plural, porque el mencionado oso gigante aparecerá de vez en cuando y se llevará nuestra ciudad a otro mundo sin previo aviso.
Si el coleccionismo o las misiones no son suficientes, se puede ir al coliseo, en el que se juegan partidas contra la máquina o contra otros jugadores para subir en unos rankings diarios. Al acabar el día, dependiendo de los puntos que hayamos conseguido, recibiremos objetos dorados para nuestros luchadores.
Aunque se puede jugar perfectamente en solitario, Pit People está pensado para el cooperativo y gana bastante jugándolo con alguien más. Técnicamente no hay mucha diferencia, pero ese reto de coordinarse con un amigo para tener dos equipos balanceados y tomar buenas decisiones le da un carisma especial, como ya pasaba con Divinity: Original Sin o Shadowrun Chonicles, dos de los pocos juegos del género que permiten el multijugador.
Para tener las mecánicas y lo importante del juego tan pulido, el gran aspecto negativo es la interfaz. Claramente pensada para jugar con un mando y tirado en el sofá, los controles son algo extraños con el ratón y cuesta acostumbrarse, por ejemplo, a no poder hacer clic para elegir el luchador al que mover.
Pit People se ha lanzado ya en Steam y Xbox Game Preview por 15 €, que subirán a 20 cuando el juego esté acabado a lo largo de este año.