La de Six Days in Fallujah es una de las historias de vaporware más extrañas que han existido y que cuelga desde la generación de PlayStation 3 y Xbox 360.
Desarrollado por la difunta Atomic Games, el juego pretendía ser una simulación realista de lo sucedido en la segunda batalla de Faluya en 2004, durante la invasión de Iraq. Manejando a un marine, Six Days in Fallujah pretendía recrear la miserable experiencia de los combatientes durante el asedio a la ciudad.
La batalla fue el punto álgido de la guerra, en el que las fuerzas invasoras cometieron algunas de las mayores atrocidades de la guerra, como el uso de fósforo blanco, y que las fuerzas de la resistencia iraquí convirtieron en la mayor masacre de tropas americanas desde Vietnam.
Dentro de ese afán por el realismo, Atomic Games entrevistó a decenas de marines británicos y americanos para entender la experiencia y recrearla casi como un survival horror. Sin ocultar nada, Six Days in Fallujah iba también a obligar al jugador a tener los mismos dilemas que los combatientes y a explorar las muertes de más de 800 civiles inocentes. Todo ello, además, con entornos completamente destruibles, algo a lo que en aquel entonces solo se acercaba Battlefield: Bad Company.
Al anunciarse, la polémica no tardó en explotar. La guerra todavía estaba muy reciente y las críticas llovieron por todas partes, pero especialmente por parte de asociaciones de veteranos que creían que era una falta de respeto a los soldados muertos. Tras ver las reacciones, especialmente las que venían de Estados Unidos, Konami decidió cancelar la distribución del juego a solo tres semanas de su lanzamiento. Ante la imposibilidad de encontrar un nuevo editor, Atomic Games despidió a casi toda su plantilla antes de cerrar por completo con el juego terminado.
Hoy, más de una década después, el antiguo CEO de Atomic Games ha fundado el editor Victura y ha reanudado el desarrollo de Six Days in Fallujah, que saldrá este año en PC y consolas. Para hacerlo todavía más interesante, el estudio responsable de adaptarlo a los nuevos tiempos es Highwire Games, lleno de veteranos de Bungie y con el compositor Martin O'Donnell encargándose de la música.