El fin de la eternidad de Isaac Asimov
No me acuerdo del fragmento al completo y paso de buscarlo, así que haré un ejercicio mental y escribiré de memoria la introducción a la Guerra de los Mundos. Para mayor énfasis, introduciré pausas dramáticas en forma de "..." y las palabras en negrita serán leídas con voz más grave:
"Nadie hubiera imaginado, en los últimos años del siglo XIX, que los asuntos humanos eran escrutados aguda y atentamente por inteligencias superiores a la nuestra, del mismo modo que el científico observa los seres ínfimos que crecen y pululan en una gota de agua. En su infinita ignorancia, los seres humanos iban y venían por el globo, seguros de su imperio sobre la materia. Es posible que los seres que viven bajo el microscopio hagan lo mismo.
Pero en las oscuras profundidades del espacio... intelectos vastos... fríos...que son en relación con los nuestros lo que los nuestros son para con los de las bestias, observaban nuestro planeta con ojos envidiosos. Y lenta, pero inexorablemente, trazaban...planes...de conquista.
#3 jajajaj Dioss reacciono igual!!
he tenido muchos momentos literarios orgasmicos, tantos que ahora mismo no se me ocurre ninguno concreto
el último que recuerdo es de "demian" de Herman Hesse pero es que todo el libro en sí es un orgasmo, tiene planteamientos francamente interesantes, y dicho sea de paso, lo recomiendo
La ciencia es una empresa esencialmente anarquista; el anarquismo teórico es más humanista y más adecuado para estimular el progreso que sus alternativas basadas en la ley y en el orden.
De Paul Feyerabend, en concreto del Tratado contra el método.
Es la introducción al primer capítulo. Es toda una patada en los cojones, cuando lo leí casi me caigo de culo entre la incredulidad y la risa. De hecho Feyerabend es el Bukowski de la Filosofía de la Ciencia. El curso pasado me tocó hacer un trabajo sobre él y aunque no estoy de acuerdo en muchas cosas no me arrepiento para nada de haberle leído.
La escena XII de Luces de Bohemia. Ese momento en el callejón del Gato es enorme, sublime, ¡admirable!. ¡Cráneo previlegiado!
También la última escena de La Casa de Bernarda Alba, recuerdo que cuando leí la obra, me impresionó muchísimo esa forma de acabar con Bernarda Alba
.
Lo he sentido leyendo el "Tao Te Ching" de Lao Tsé y leyendo libros de RAW y escuchándole y viéndole hablar.
Ay... es genial la expresión. Pues yo tuve mi último orgasmo literario con Rayuela, de Cortazar. No fue la historia, ni si quiera el final. Fue la magia con la que habla. De estos momentos en los que no importa si quiera el argumento, en los que el autor te toca, te absorbe de tal modo que puedes oír sus dedos sobre el papel, leer sin saber el qué , en el que solo importan las palabras. Es bastante íntimo, supongo; particular en cada persona. Pero es muy bonita esta compilación
¡Ay, mira, ya lo he encontrado! Ahí va el fragmento
'La última pregunta' de Isaac Asimov fue algo que me marcó mucho en su día.
http://www.fis.puc.cl/jalfaro/fiz1111/charla/laultimapregunta.pdf