El maravilloso mundo de las... citas!

Requisitos: cita proveniente de un libro que hayas leido.
Formato: Cita + Libro + Autor.
No se aceptan: ni citas sueltas, ni citas sin el formato indicado, ni tonterias varias.

TheDomicus

Quiero dormir a tu lado y hacerte la compra y cargar tus maletas y decirte cuánto me gusta estar contigo pero siguen haciéndome hacer estupideces. [...] Y quiero jugar al escondite y darte mi ropa y decirte que me gustan tus zapatos y sentarme en los escalones mientras te bañas y darte un masaje en el cuello y besarte los pies y cogerte la mano y salir a comer y no importarme que te comas mi comida y quedar contigo en Rudy's y hablar del día y mecanografiarte las cartas y cargar tus cajas y reírme de tus paranoias y regalarte cintas que no escuchas y ver películas geniales y ver películas malísimas y quejarme de la radio y hacerte fotos mientras duermes y levantarme para ir a buscar café y cruasanes y brioches e ir a Florent y tomar café a medianoche y dejar que robes mis cigarrillos y no ser capaz nunca de encontrar una cerilla y hablarte del programa de televisión que vi la noche anterior y llevarte a la clínica oftalmológica y no reírme de tus bromas y desearte por la mañana pero dejarte dormir un rato y besar tu espalda y acariciar tu piel y decirte cuánto amo tu pelo tus ojos tus labios tu cuello tus tetas tu culo tu

y sentarme en las escaleras a fumar hasta que tu vecino llegue a casa y sentarme en las escaleras a fumar hasta que llegues a casa y preocuparme cuando llegues tarde y sorprenderme cuando llegues pronto y regalarte girasoles e ir a tu fiesta y bailar hasta desmayarme y lamentar cuando esté equivocado y sentirme feliz cuando me perdones y mirar tus fotos y desear haberte conocido siempre y escuchar tu voz en mi oído y sentir tu piel en mi piel y asustarme cuando te enfades y un ojo se te ponga rojo y el otro azul y tu pelo a la izquierda y tu cara achinada y decirte que eres preciosa y abrazarte cuando estés angustiada y sostenerte cuando estés dolida y desearte cuando te huela y ofenderte cuando te toque y gemir cuando te tenga cerca y gemir cuando no y babear sobre tu pecho y taparte por la noche y tener frío cuando te lleves la manta y tener calor cuando no y derretirme cuando sonrías y disolverme cuando te rías y no entender por qué piensas que te estoy rechazando cuando no te estoy rechazando y preguntarme cómo podrías pensar que alguna vez te rechazaría y preguntarme quién eres pero aceptarte de todas formas y hablarte sobre el árbol ángel del chico del bosque encantado que voló a través del océano porque te amaba y escribirte poemas y preguntarme por qué no me crees y tener un sentimiento tan profundo que no pueda encontrar las palabras para describirlo y querer comprarte un gatito del que sentir celos porque tendría más atención que yo y no dejarte salir de la cama cuando tengas que irte y llorar como un crío cuando al final lo hagas y librarme de las cucarachas y comprarte regalos que no quieres y llevármelos otra vez y preguntarte si quieres casarte conmigo y que digas que no otra vez pero seguir preguntando porque aunque tú pienses que no lo digo en serio lo he dicho en serio desde la primera vez que te pregunté y caminar por la ciudad pensando que está vacía sin ti y querer lo que tu quieres y pensar que me estoy perdiendo a mí mismo pero ahora estoy a salvo contigo y contarte lo peor de mí e intentarte lo mejor de mí porque no te mereces menos y contestar tus preguntas preferiría no hacerlo y decirte la verdad cuando realmente no quiero hacerlo y tratar de ser honesto porque sé que lo prefieres y pensar que todo ha terminado pero aguantar tan solo diez minutos más antes de que me eches de tu vida y olvides quién soy y tratar de estar más cerca de ti porque es hermoso aprender a conocerte y vale la pena el esfuerzo y hablarte mal en alemán y en hebreo peor y hacer el amor contigo a las tres de la mañana y de alguna manera de alguna manera comunicar algo del/ abrumador imperecedero apabullante incondicional universal enriquecedor-del-corazón visionario continuo interminable amor que tengo por ti.

Ansiar - Sarah Kane

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8 días después
c0b4c

Ya que la Muerte, mirándola bien, es el verdadero objetivo final de nuestra vida, y por eso desde hace unos años me he familiarizado tanto con ese amigo verdadero y bueno del hombre, cuya imagen no tiene ya nada de espantoso para mí, ¡sino de muy tranquilizador y consolador! Y doy gracias a Dios que me ha concedido la felicidad de tener ocasión (usted me comprende) de conocerla como la llave de nuestra verdadera felicidad. Nunca me acuesto sin pensar que quizá, por joven que yo sea, no veré el día siguiente, y nadie de todos los que me conocen podrá decir que fui malhumorado o triste en mi trato. Y por esa felicidad doy todos los días gracias a mi creador y se la deseo de corazón a todos mis semejantes.

La última carta de Mozart a su padre

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Karch

"Somos una civilización basada en el trabajo, pero ni siquiera en el <<trabajo productivo>> , sino en el trabajo como un fin en si mismo. Hemos llegado a creer que los hombres y mujeres que no se esfuerzan mas duramente de lo que desean en empleos que no les gustan son mala gente, indigna de recibir amor, atencion o asistencia por parte de sus comunidades. Es como si hubiesemos dado nuestro consentimiento colectivo para nuestra propia esclavización (...). El resultado es que el resentimiento, odio y la sospecha se han convertido en el pegamento que mantiene unida a la sociedad"

David Graeber

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21 días después
Zh3RoX

Pensad, querido señor, en el mundo que lleváis dentro y ponedle el nombre que queráis a este pensamiento; puede ser recuerdo de la propia infancia o anhelo del propio futuro; pero prestadle atención a aquello que se encuentra en vos y colocadlo por encima de todo lo que percibáis a vuestro alrededor. Lo que sucede en vuestro interior merece todo vuestro amor, debéis trabajar en ello de alguna manera y no perdáis demasiado tiempo y no le dediquéis demasiados esfuerzos a explicarle vuestra postura a las personas. ¿Quién os dice que tengáis una? Sé que vuestra profesión es dura y muy contraria a vos y preveía vuestra queja y sabía que acabaría llegando. Ahora que ha llegado ya no puedo calmaros, solo puedo aconsejaros que os preguntéis si no son todas las profesiones así, llenas de contradicciones, llenas de animadversión contra el individuo, alimentadas al mismo tiempo por el odio de aquellos que, silenciosos y malhumorados, se han visto cumpliendo obligaciones racionales. El estado en el que ahora debéis vivir no está más cargado de convenciones, prejuicios y equivocaciones que el resto de los estados, y si hay alguno que sale a la luz con mayor libertad, ninguno de ellos tiene relación amplia y directa con las cosas importantes que forman parte de la auténtica vida.

Cartas a un joven poeta - Rainer Maria Rilke.

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23 días después
kaosMC

Claro que su cara era casi la misma que la de Georgina: su mismo pelo negro con reflejos rojizos, sus ojos grisverdosos, su misma boca grande, sus mismos pómulos mongólicos, su misma piel mate y pálida. Pero aquel «casi» era atroz, y tanto más cuanto más sutil e imperceptible, porque de ese modo el engaño era más profundo y doloroso. Ya que no bastan –pensaba– los huesos y la carne para construir un rostro, y es por eso que es infinitamente menos físico que el cuerpo: está calificado por la mirada, por el rictus de la boca, por las arrugas, por todo ese conjunto de sutiles atributos con que el alma se revela a través de la carne. Razón por la cual, en el instante mismo en que alguien muere, su cuerpo se transforma bruscamente en algo distinto, tan distinto como para que podamos decir «no parece la misma persona», no obstante tener los mismos huesos y la misma materia que un segundo antes, un segundo antes de ese misterioso momento en que el alma se retira del cuerpo y en que éste queda tan muerto como queda una casa cuando se retiran para siempre los seres que la habitan y, sobre todo, que sufrieron y se amaron en ella. Pues no son las paredes, ni el techo, ni el piso lo que individualiza la casa sino esos seres que la viven con sus conversaciones, sus risas, con sus amores y odios; seres que impregnan la casa de algo inmaterial pero profundo, de algo tan poco material como es la sonrisa en un rostro, aunque sea mediante objetos físicos como alfombras, libros o colores. Pues los cuadros que vemos sobre las paredes, los colores con que han sido pintadas las puertas y ventanas, el diseño de las alfombras, las flores que encontramos en los cuartos, los discos y libros, aunque objetos materiales (como también pertenecen a la carne los labios y las cejas), son, sin embargo, manifestaciones del alma; ya que el alma no puede manifestarse a nuestros ojos materiales sino por medio de la materia, y eso es una precariedad del alma pero también una curiosa sutileza.

Sabato, E., Sobre héroes y tumbas.

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23 días después
H

El libertario, que se opone a cualquier agresión privada o grupal contra los derechos a la persona y la propiedad, ve que a lo largo de la historia y en la actualidad, siempre hubo un agresor central, dominante y avasallador de todos estos derechos: el Estado. En contraste con todos los demás pensadores, de izquierda, de derecha o de una posición centrista, el libertario se niega a darle al Estado aval moral para cometer acciones que, en opinión de casi todos, son inmorales, ilegales y criminales si las lleva a cabo una persona o un grupo en la sociedad. El libertario, en suma, insiste en aplicar la ley moral general sobre todos, y no hace ninguna excepción especial para personas o grupos. Pero si, por así decirlo, vemos al Estado desnudo, nos damos cuenta de que está universalmente autorizado, e incluso incentivado, para realizar todos los actos que los no libertarios consideran crímenes reprensibles. El Estado habitualmente comete asesinatos masivos, a saber, la «guerra» o, a veces, la «represión de la subversión»; participa en la esclavitud respecto de sus fuerzas militares, utilizando lo que llama «conscripción»; y su existencia depende de la práctica del robo forzado, al que denomina «impuesto». El libertario insiste en que, independientemente de que esas prácticas sean o no apoyadas por la mayoría de la población, no son pertinentes a su naturaleza; que, sea cual fuere la sanción popular, la guerra equivale al asesinato masivo, la conscripción es esclavitud y los impuestos son robos. En suma, el libertario es como el niño de la fábula, que se obstina en decir que el emperador está desnudo.

Con el transcurso de los años, la casta intelectual de la nación ha provisto al emperador de una especie de seudo ropas. En siglos pasados, los intelectuales afirmaban al público que el Estado o sus gobernantes eran divinos o, al menos, investidos de autoridad divina, y que, por lo tanto, lo que para una mirada inocente e inculta podía parecer despotismo, asesinatos masivos y robo en gran escala no era más que la acción benigna y misteriosa de la divinidad que se ejercía en el cuerpo político. En las últimas décadas, como lo de la sanción divina era algo trillado, los «intelectuales cortesanos» del emperador concibieron una apología cada vez más sofisticada: informaron al público que aquello que hace el gobierno es para el «bien común» y el «bienestar público», que el proceso de imponer contribuciones y de gastar funciona a través del misterioso proceso «multiplicador» concebido para mantener a la economía en un punto de equilibrio, y que, en todo caso, una amplia variedad de «servicios» gubernamentales no podrían ser realizados de ninguna manera por ciudadanos que actuaran voluntariamente en el mercado o en la sociedad. El libertario niega todo esto: ve la variada apología como un medio fraudulento de obtener apoyo público para el gobierno del Estado, e insiste en que cualquier servicio que verdaderamente preste el gobierno podría ser suministrado en forma mucho más eficiente y moral por la empresa privada y cooperativa.

Hacia una nueva libertad, Murray Rothbard (1973)

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Aura-

Buenas, a ver si me podéis echar un cable.

Voy a hacerle un libro a mi señor, como ha hecho la Roro básicamente pero en vez de imprimir un libro ya escrito.. quiero poner cosas nuestras, fotos, recuerdos y demás, y en otras páginas citas o textos de libros.

Sus gustos son filosofía, estoicismo, el señor de los anillos, el nombre del viento.. (vamos, filosofía, fantasía..)

Podríais ayudarme poniendo vuestras citas favoritas?

1 1 respuesta
KarlosWins

#1777 Te recomiendo que uses el apartado "quotes" de Goodreads filtrando por el perfil de cada autor que te interese, ejemplos:

https://www.goodreads.com/author/quotes/17212.Marcus_Aurelius
https://www.goodreads.com/author/quotes/656983.J_R_R_Tolkien

Tiene que haber en español pero creo que depende de la configuración de tu perfil, no lo tengo claro.

2 1 respuesta
Aura-

#1778 gracias no conocía ese apartado

1 respuesta
KarlosWins

#1779 También puedes ver citas "famosas" en los típicos perfiles de gymrat de instagram/tiktok:
https://www.instagram.com/dailystoic/
https://www.instagram.com/pathsofstoicism/
https://www.instagram.com/estoicosesp/

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2 meses después
cosca

La Tregua de Mario Benedetti (1960).

Sólo entonces formuló la pregunta más lógica: «Che, ¿total te casaste con Isabel?». «Sí, y tengo tres hijos», contesté, acortando camino. Él tiene cinco. Qué suerte. «¿Y cómo está Isabel? ¿Siempre guapa?» «Murió», dije, poniendo la cara más inescrutable de mi repertorio. La palabra sonó como un disparo y él —menos mal— quedó desconcertado. Se apuró a terminar el tercer café y en seguida miró el reloj. Hay una especie de reflejo automático en eso de hablar de la muerte y mirar en seguida el reloj.

Domingo 24 de febrero

No hay caso. La entrevista con Vignale me dejó una obsesión: recordar a Isabel. Ya no se trata de conseguir su imagen a través de las anécdotas familiares, de las fotografías, de algún rasgo de Esteban o de Blanca. Conozco todos sus datos, pero no quiero saberlos de segunda mano, sino recordarlos directamente, verlos con todo detalle frente a mí tal como veo ahora mi cara en el espejo. Y no lo consigo. Sé que tenía ojos verdes, pero no puedo sentirme frente a su mirada.


Qué cojones estoy leyendo que llevo diez minutos y parece que me estén dando una paliza? xD

2 1 respuesta
1 mes después
Malaspiojos

#1781 ¿No te gusta? A mí me encantó La tregua.

Comparto un poco de Charles Baudelaire en sus pequeños poemas en prosa:


Y el cortejo pasó junto a mí, y se hundió en la atmósfera del horizonte, por el lugar donde la superficie redondeada del planeta se esquiva a la curiosidad del mirar humano. Me obstiné unos instantes en querer penetrar el misterio; mas pronto la irresistible indiferencia se dejó caer sobre mí, y me quedó más profundamente agobiado que los otros con sus abrumadoras quimeras.

Zh3RoX

«En silencio, vuestros corazones saben los secretos de los días y de las noches. Mas vuestros oídos ansían escuchar el eco del conocimiento de vuestro corazón. Quisierais saber en palabras lo que siempre supisteis en pensamiento. Quisierais tocar con vuestros dedos el desnudo cuerpo de vuestros sueños. Y es bueno que así sea. El recóndito manantial de vuestra alma necesita brotar y correr murmurando hacia el mar. Y el tesoro de vuestra profundidad infinita se revelaría entonces a vuestros ojos. Mas no tratéis de pesar en balanzas vuestro tesoro desconocido. Ni exploréis las profundidades de vuestro conocimiento con cayados ni sondas. Porque el yo es un mar infinito, inconmensurable. No digáis: “He hallado la verdad”, sino: “He hallado una verdad”. No digáis: “He encontrado la senda del alma”. Decid más bien. “He encontrado al alma caminando por mi senda”. Porque el alma camina por todas las sendas. El alma no va en línea recta, ni crece como una caña. El alma se despliega como un loto de innumerables pétalos».

Gibran Khalil - El Profeta.

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shardas

Sé paciente con todo aquello que no está resuelto en tu corazón… Trata de amar las preguntas en sí mismas, como habitaciones cerradas y como libros escritos en una lengua muy extraña. No busques las respuestas, que no se te pueden dar, porque no serías capaz de vivirlas. Y el punto es vivirlo todo. Vive las preguntas ahora. Quizás entonces, algún día lejano, gradualmente, sin darte cuenta, vivirás la respuesta.

Maria Rilke, Cartas a un joven poeta.

_Cathulhu_

Ningún organismo vivo puede mantenerse cuerdo durante mucho tiempo en unas condiciones de realidad absoluta; incluso las alondras y las chicharras, suponen algunos, sueñan. Hill House, nada cuerda, se alzaba en soledad frente a las colinas, acumulando oscuridad en su interior; llevaba así ochenta años y así podría haber seguido otros ochenta años más. En su interior, las paredes mantenían su verticalidad, los ladrillos se entrelazaban limpiamente, los suelos aguantaban firmes y las puertas permanecían cuidadosamente cerradas; el silencio empujaba incansable contra la madera y la piedra de Hill House, y lo que fuera que caminase allí dentro, caminaba solo.

"La Maldición de Hill House", de Shirley Jackson.

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