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Deseo y destino corren tan contrarios que nuestros designios siempre se deshacen: la intención es nuestra, mas no el desenlace.
Hamlet
Rincewind se dió cuenta de que Dosflores pretendía demostrar su extenso conocimiento de otros idiomas. Es decir, se disponía a hablar en su propia lengua lo más alto y despacio posible...
Que grande es Terry Pratchett
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción;
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
La vida es sueño de Calderón de la barca.
#179 Esa parte me puso los pelos de punta.
"Fuiste tú quien me enseñó que una buena amenaza a veces dice más que un golpe." Tormenta De Espadas
Mi opinión es que el hecho de creer en algo comienza a marcar la muerte de la inteligencia. Tan pronto como uno cree en una doctrina de cualquier tipo, o asume certezas, deja de pensar acerca de ese aspecto de la existencia. Cuantas más cosas uno asume como ciertas, menos queda en qué pensar, y una persona que está segura de todo nunca tendría la necesidad de pensar en nada y podría ser considerada cínicamente muerta bajo los estándares médicos comunes, donde el cese de la actividad cerebral es asumida como indicador de la ausencia de vida.
Mi actitud es idéntica a la de muchos físicos de hoy en día, y se la conoce en la Física como "la interpretación Copenhagen", porque fue formulada en la ciudad de Copenhagen (Dinamarca) por el Dr. Niels Bohr (premio Nobel) y sus colaboradores. Esta interpretación es comúnmente llamada "agnosticismo con respecto al modelo" y sostiene que todas las reglas que usamos para organizar nuestra experiencia del mundo es un modelo de ese mundo y no debería ser confundido con el mundo en sí mismo. El semántico Alfred Korzybski trató de popularizar esto con el eslogan "el mapa no es el territorio". Alan Watts, un talentoso investigador de la filosofía oriental, lo retrató diciendo "el menú no es la comida".
Las creencias en el sentido tradicional, o las certezas, o dogmas, "mi propio modelo del mundo" (o regla, o mapa, o túnel de realidad) "contienen al universo en su totalidad y nunca necesitarán ser revisados". En términos de la historia de la ciencia y el conocimiento en general, esto me parece absurdo y arrogante, y estoy absolutamente asombrado de cómo muchísima gente se las arregla para vivir con esa actitud medieval.
"Realidad" es una palabra que resulta ser a) un sustantivo, y b) singular. Por lo tanto nuestro pensamiento nos programa subliminalmente para concebir a la "realidad" como una entidad compacta, como si fuera un bloque; al estilo de un rascacielos, donde cada parte es solamente una "habitación" más en el mismo edificio. Esta programación lingüística es tan penetrante que la mayoría de la gente no es capaz de pensar absolutamente nada por fuera de ella, y cuando uno trata de ofrecer una perspectiva diferente ellos creen que uno está hablando incoherencias.
Muchos filósofos sabían, al menos desde el año 500 antes de Cristo, que el mundo que perciben nuestros sentidos no es "el mundo real" sino una construcción creada por nosotros mismos. Nuestra obra de arte privada. La ciencia moderna comenzó con la demostración de Galileo de que el color no está "en" los objetos sino en la interacción de nuestros sentidos con los objetos. Sin importarnos todo este conocimiento filosófico y científico de relatividad neurológica (que ha sido demostrado claramente en incontable cantidad de ocasiones), aún seguimos pensando, debido al lenguaje, que detrás de ese universo creado por nuestra percepción reside una sólida y monolítica "realidad" tan dura y bien moldeada como una barra de acero.
La física cuántica ha hecho perder el equilibrio a esta "realidad" tan dura como el acero mostrando que tiene más sentido científicamente hablar sólo de las interacciones que experimentamos (algo así como nuestros experimentos en un laboratorio); y la psicología perceptiva hizo lo mismo al demostrar que el sólo hecho de asumir la existencia de esta "realidad" nos conduce irremediablemente a tremendas contradicciones cuando tratamos de explicarla.
Hay una gran dosis de utopía lírica en este libro. No me disculpo ni me arrepiento acerca de ello. Los diez años pasados desde su primera edición no alteraron mi compromiso básico con la regla que sostiene que una mente optimista encuentra docenas de posibles soluciones para cada problema que un pesimista declara imposible de solucionar.
Como cada uno de nosotros crea su propio túnel de realidad habitual, sea consciente e inteligentemente o inconciente y mecánicamente, yo prefiero crear cada hora el más feliz, divertido y romántico que pueda construir en consistencia con las señales que mi cerebro recibe del exterior. Siento pena por las personas que en forma persistente organizan estas experiencias y percepciones como una "realidad" triste, temible y desesperanzadora, y trato de mostrarles cómo romper el mal hábito pero sin verme obligado a compartir sus miserias.
Como comentario final, les digo que no todas las cartas que he recibido acerca de este libro han sido inteligentes y reflexivas. Me han llegado montones que son todo lo contrario, todas ellas de dos grandes grupos de dogmáticos: los cristianos fundamentalistas y los materialistas fundamentalistas. Los primeros me dijeron que yo era un esclavo de Satán y que debería someterme a un exorcismo para expulsar los demonios que habitan en mí. Los segundos me calificaron como mentiroso, charlatán, fraude y embaucador. Fuera de estas pequeñas diferencias, ambos grupos comparten el mismo fervor y la misma falta total de humor, caridad, sentido común y decencia.
Estos cultos intolerables me han servido para reafirmarme en mi agnosticismo presentándome evidencia más allá de toda duda para sostener mi discusión acerca de que, cuando los dogmas se instalan en el cerebro, cesa toda actividad intelectual.
Por Robert A. Wilson, del prólogo para la edición en inglés de 1987 de su libro "El secreto final de los Iluminados" ( "Cosmic trigger: final secret of the Illuminati" ). Edición original en inglés en 1977, en español en 1983.
"No hay forma mejor de evasión que la de escudarse en el propio carácter, porque nadie cree en él..." libro: los demonios autor: Dostoievski
Vosotros que lograsteis vuestros sueños,
¿qué entendéis de sus ansias malogradas?
Vosotros, que gozasteis y sufristeis,
¿qué comprendeis de sus eternas lágrimas?
Y vosotros, en fin, cuyos recuerdos
son como niebla que disipa el alba,
¡qué sabéis del que lleva de los suyos
la eterna pesadumbre sobre el alma!
ROSALIA DE CASTRO
"En 2000, David Cottrel y Mark Layton publicaron 175 Ways to Get More Done in Less Time [175 maneras de hacer más en menos tiempo]. Es un manual para maximizar la eficiencia, para ir más rápido. El consejo número 141 es sencillamente ¡Hágalo todo más rápido! En esas cuatro palabras los autores resumen con esmero lo que está mal en el mundo moderno.
Piense en ello por un momento: hágalo todo más rápido. ¿Tiene realmente sentido leer a Proust aplicando las técnicas de lectura rápida, hacer el amor en la mitad de tiempo o cocinar todas las comidas en el microondas?"
El elogio de la lentitud, Carl Honoré.
Os pongo la que tengo en mi perfil
No me cabia duda ninguna. En otras ocasiones ya habia estado preso en las redes de un imperativo mas fuerte que yo. Asi me habia sentido veinte años atrás, durante aquella semana en que cada dia paseé hasta el monumento de Provincetown con los pulmones frios como el hielo y las tripas revueltas igual que si las tuviera llenas de gusanos, y una vez ante él, contemplaba aquella pared y me decia, con una tristeza tan grande que parecia que me iba a hacer perder la razón, que se podia escalar. Hasta donde alcanzaba mi vista, habia un asidero tras otro, hendiduras en el cemento y pequeños salientes en los bloques de granito. Podia hacerse, y yo lo podia hacer. Miraba tan fijamente la base de la torre que, por increible que parezca nunca me fije en el voladizo. Sólo pensaba que debia escalar aquella pared. Si no lo intentaba, se apoderaría de mi algo mucho peor que el pánico. Los ataques de terror que padecia en plena noche, cuando mi cuerpo se incorporaba en la cama como movido por un resorte , sirvieron al menos para que sintiera un poco de compasion por todos lo seres a los que vence el impulso irrefrenable de hacer lo que nunca deberia hacerse -tanto si se trata de seducir niños de corta edad como de violar a muchachas adolescentes-, y al menos conocí la pesadilla que arde llameante bajo la estupefacción de aquellos que procuran alejarse de si mismos porque saben que, de lo contrario, ocurrirá una catastrofe. Los siete dias y las siete noches de aquella semana que me pase luchando contra aquella extraña fuerza tan ajena a mí, tratando de convencer a aquella presencia foránea de que no tenia ningun motivo para escalar el monumento, sirvieron asi mismo para que conociera las diversas variedades del aislamiento humano. Para evitar enfrentarnos con el enemigo que vive en la dulce medula de nuestra espina dorsal, bebemos, fumamos marihuana , cocaina, nicotina, tranquilzantes y somniferos, aceptamos costumbres e iglesias , prejuicios e hipocresías , nos dejamos llevar por las ideologías y, sobre todo, por nuestra propia estupidez -¡el mas vital de los aislamientos!-. Conocí todo eso durante la semana que precedió a mi intento de escalar el monumento y consquistar mi indomito yo. En consecuencia, con el cerebro inflamado por las anfetaminas, inclinado en una direccion por la marihuana y en otra por el alcohol, gimiendo en mi fuero interno como un niño nonato que teme morir ahogado antes de encontrar el camino hasta la luz, sintiéndome tan sanguinario como un samurai, emprendí la escalada de la torre y descubrí, por absurdas que parezcan mis conclusiones, que me encontraba mucho mejor despues de haberlo intentado, aunque solo fuera porque las pesadillas que agitaban mi sueño disminuyeron considerablemente.
"Los tipos duros no bailan" de Norman Mailer
La que tengo en mi perfil. Conocida probablemente por todos:
¡Bien ladrón! Te huelo y te siento. Oigo cómo respiras. ¡Vamos! ¡Sírvete de nuevo, hay mucho y de sobra!
Pero Bilbo no era tan ignorante en materia de dragones como para acercarse, y si Smaug esperaba conseguirlo con tanta facilidad, quedó decepcionado.
¡No gracias, oh Smaug el Tremendo! -replico el hobbit- No vine a buscar presentes. Sólo deseaba echarte un vistazo y ver si eras tan grande como en los cuentos. Yo no lo creía.
¿Lo crees ahora? -dijo el dragón un tanto alagado pero escéptico.
En verdad canciones y relatos quedan del todo cortos frente a la realidad –replicó Bilbo.
Tienes buenos modales para ser un ladrón y un mentiroso –dijo el dragón-. Pareces familiarizado con mi nombre, pero no creo haberte olido antes. ¿Quién eres y de donde vienes, si puedo preguntar?
¡Puedes, ya lo creo! Vengo de debajo de la colina y por debajo de las colinas y sobre las colinas me condujeron los senderos. Y por el aire. Yo soy el que camina sin ser visto.
Eso puedo creerlo-dijo Smaug.- Pero no parece que te llamen así comúnmente.
Yo soy el descubre-indicios, el corta-telarañas, la mosca de aguijón. Fui elegido por el número de la suerte.
¡Hermosos títulos!- se mofó el dragón- Pero los números de la suerte no siempre la traen.
Yo soy el que entierra a sus amigos vivos y los ahoga y los saca vivos otra vez de las aguas. Yo vengo de una bolsa cerrada, pero no he estado nunca en ninguna bolsa.
Estos últimos ya no me suenan tan verosímiles –se burló Smaug.
Yo soy el amigo de las águilas. Yo soy el Ganador del Anillo y el Porta Fortuna; y yo soy el Jinete del Barril- prosiguió Bilbo comenzando a entusiasmarse con sus acertijos.
Eso está mejor –dijo Smaug- ¡Pero no dejes que tu imaginación se desboque junto contigo![/i]
Yo había rechazado la religión un par de años antes. Si era verdad, convertía en idiotas a la gente, o bien producía idiotas. Y si no era verdad, entonces eran doblemente idiotas.
Charles Bukowski, La senda del perdedor.
Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va a la raza condenada: la justicia animó a mi Sublime Arquitecto;
me hizo la divina Potestad, la suprema Sabiduría y el primer amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente.
¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!
Dante Alighieri, La Divina Comedia.
"Los hombres de la Tierra llegaron a Marte.
Llegaron porque tenían miedo o porque no lo tenían, porque eran felices o desdichados, porque se sentían como los Peregrinos, o porque no se sentían como los Peregrinos. Cada uno de ellos tenía una razón diferente. Abandonaban mujeres odiosas, trabajos odiosos o ciudades odiosas; venían para encontrar algo, dejar algo o conseguir algo; para desenterrar algo, enterrar algo o alejarse de algo. Venían con sueños ridículos, con sueños nobles o sin sueños. El dedo del gobierno señalaba desde letreros a cuatro colores, en innumerables ciudades: HAY TRABAJO PARA USTED EN EL CIELO. ¡VISITE MARTE! Y los hombres se lanzaban al espacio. Al principio sólo unos pocos, unas docenas, porque casi todos se sentían enfermos aun antes que el cohete dejara la tierra. Y a esta enfermedad la llamaban la soledad, porque cuando uno ve que su casa se reduce hasta tener el tamaño de un puño, de una nuez, de una cabeza de alfiler, y luego desaparece detrás de una estela de fuego, uno siente que nunca ha nacido, que no hay ciudades, que uno no está en ninguna parte, y sólo hay espacio alrededor, sin nada familiar, sólo otros hombres extraños. Y cuando los estados de Illinois, Iowa, Missouri o Montana desaparecen en un mar de nubes, y más aún, cuando los Estados Unidos son sólo una isla envuelta en nieblas y todo el planeta parece una pelota embarrada lanzada a lo lejos, entonces uno se siente verdaderamente solo, errando por las llanuras del espacio, en busca de un mundo que es imposible imaginar.
No es raro, por lo tanto, que los primeros hombres fueran pocos. Crecieron y crecieron en número hasta superar a los hombres que ya se encontraban en Marte. Los números eran alentadores. Pero los primeros solitarios no tuvieron ese consuelo".
Crónicas Marcianas (Los colonos), Ray Bradbury.
«El fuego ardía vigorosamente al final de la rama, Mowgli comenzó a batirla a derecha e izquierda alrededor del círculo y los lobos huyeron aullando por las chispas que quemaban sus pieles. Al final, sólo quedaron Akela, Baghe-era y unos diez lobos que estaban de parte de Mowgli. Entonces Mowgli comenzó a sentir en su interior una tristeza como nunca antes había sentido en su vida, tomó aliento, sollozó y las lágrimas empezaron a correr por su cara.
—¿Qué es esto? ¿Qué es esto? —preguntó— No deseo abandonar la selva y no sé que es esto. ¿Me estoy muriendo, Bagheera?
—No hermano. Sólo son lágrimas, como las de los hombres —contestó Bagheera—. Ahora sé que eres un hombre y no un cachorro, de ahora en adelante la selva se ha cerrado para ti. Déjalas que caigan, Mowgli. Son sólo lágrimas.
Así que Mowgli se sentó y lloró como si su corazón se hubiera roto. Nunca antes en su vida había llorado.
—Ahora —dijo—, me iré con los hombres.»
IŽm the only thing IŽm afraid of
y
La soledad es directamente proporcional a la superficialidad de los que te rodean
que no se de quien son, pero molan
¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre? --- F. Nietzsche
Me encanta este tio
"Toda obra de arte es hija de su tiempo, muchas veces es madre de nuestros sentimientos".
"Animales en luz y sombra, bebienda agua, junto al agua, tumbados en la hierba; junto a ellos una crucifixión hecha por un artista que no cree en Cristo".
"Las personas van de un lienzo a otro, los miran, leen los nombres. Luego se marchan, tan pobres o tan ricas como entraron, y son absorbidas inmediatamente por sus intereses. [...]
Las almas hambrientas se van hambrientas.
La gran masa pasea por las salas y encuentra lienzos «bonitos» y «grandiosos». El hombre que podría decir algo al hombre no ha dicho nada, y el que podía oír no ha oído nada.
Este estado del arte se llama l'art pour l'art.
La destrucción de los sonidos internos, que son la vida de los colores, la dispersión de las fuerzas del artista en el vacío, es «el arte por el arte»".
"A menudo (del artista), cuando no queda nada de su yo físico en la tierra, se emplean todos los medios para reproducirlo en mármol, hierro, bronce, piedra. Como si importara algo el cuerpo de estos servidores del hombre".
"Sienkiewicz compara la vida espiritual con la natación: el que no trabaja incansablemente, y lucha sin cesar contra el naufragio, acaba por hundirse sin remedio".
"La literatura, la música y el arte son los primeros y muy sensibles sectores en los que se nota el giro espiritual de una manera real".
"Las palabras son y serán siempre meros indicadores, etiquetas externas".
"El ser humano: la repetición de actos, pensamientos y sentimientos acaba por impresionarle porfundamente, aunque no sea capaz de absorber intensamente acciones diversas, como una tela densa las primeras gotas de lluvia".
"Nuestra armonía descansa primordialmente sobre el principio de contraste".
De lo espiritual en el arte, Vasili Kandinsky.
"Las nubes quebraban los rayos de luz como el día en que papá paró de cortar la manzana y nos miró, poniendo el cuchillo sobre la mesa:
-Hijos
-¿Qué ocurre, papá?
-Que facemos -y se desplomó contra el suelo."
La vida: sin instrucciones de uso, S. Lifen
“El frío se largó. Con el frío se fue el siglo XX. Ahora reina el fuego. El calor en España es muy salvaje. La gente quiere tomar el sol, beber cerveza helada, mirar el mar. Como casi todo se ha muerto, sólo nos queda lo que siempre estuvo allí desde el principio: el cuerpo. Nos dedicamos a darle placer al cuerpo. Somos helénicos, griegos, mediterráneos. Platón ha vuelto. Queremos el lujo, casas frente al mar, ocio, largos viajes por el mundo, el conocimiento, la gravedad, la posesión, el escrutinio.
No queremos un coche barato, queremos un Mercedes 600, ¿te enteras ya? No queremos acudir en cola rusa a piscinas municipales, queremos el lago de Garda a nuestros pies. No queremos un apartamento de 40 metros en Salou, queremos una villa en el Adriático. Lo demás no puede importarnos. Por eso nos hemos hecho absolutamente modernos. Sólo los antiguos aún hablan de la pobreza, del sacrificio, del trabajo, del fútbol, de la redención, de madrugar todos los días, de ir a votar para que alguien haga posible el gran milagro de que puedas seguir madrugando todos los días. Hemos progresado filosóficamente. Hasta los vascos nos son indiferentes. Del Rey nos importa saber quién le cuida las enormes rosas abiertas para pocos del palacio de Marivent.
Sólo la riqueza extrema y el ocio metafísico hacen interesante este mundo. Disfruta de este enorme paraíso, este mar, este calor español. Lo queremos todo. Estamos preparados para la felicidad.”
Resurrección, Manuel Vilas.
No confío en la gente que cree tener muchos amigos. Es señal de que no conocen a los demás.
El juego del ángel - Carlos Ruiz Zafón
Quemad viejos leños,
bebed viejos vinos,
leed viejos libros,
tened viejos amigos.
ALFONSO X EL SABIO
El ojo de Zaratustra había visto que un joven lo evitaba. Y cuando una tarde caminaba solo por los montes que rodean la ciudad llamada «La Vaca Multicolor»: he aquí que encontró en su camino a aquel joven, sentado junto a un árbol en el que se apoyaba y mirando al valle con mirada cansada. Zaratustra agarró el árbol junto al cual estaba sentado el joven y dijo:
Si yo quisiera sacudir este árbol con mis manos, no podría. Pero el viento, que nosotros no vemos, lo maltrata y lo dobla hacia donde quiere. Manos invisibles son las que peor nos doblan y maltratan.
Entonces el joven se levantó consternado y dijo: «Oigo a Zaratustra, y en él estaba precisamente pensando.» Zaratustra replicó:
«¿Y por eso te has asustado? - Al hombre le ocurre lo mismo que al árbol.
Cuanto más quiere elevarse hacia la altura y hacia la luz, tanto más fuertemente tienden sus raíces hacia la tierra, hacia abajo, hacia lo oscuro, lo profundo, - hacia el mal.»
«¡Sí, hacia el mal!, exclamó el joven. ¿Cómo es posible que tú hayas descubierto mi alma?»
Zaratustra sonrió y dijo: «A ciertas almas no se las descubrirá nunca a no ser que antes se las invente».
«¡Sí, hacia el mall, volvió a exclamar el joven.
Tú has dicho la verdad, Zaratustra. Desde que quiero elevarme hacia la altura ya no tengo confianza en mí mismo, y ya nadie tiene confianza en mí, - ¿cómo ocurrió esto?
Me transformo demasiado rápidamente: mi hoy refuta a mi ayer. A menudo salto los escalones cuando subo, - esto no me lo perdona ningún escalón.
Cuando estoy arriba, siempre me encuentro solo. Nadie habla conmigo, el frío de la soledad me hace estremecer. ¿Qué es lo que quiero yo en la altura?
Mi desprecio y mi anhelo crecen juntos; cuanto más alto subo, tanto más desprecio al que sube. ¿Qué es lo que quiere éste en la altura?
¡Cómo me avergüenzo de mi subir y tropezar! ¡Cómo me burlo de mi violento jadear! ¡Cómo odio al que vuela! ¡Qué cansado estoy en la altura!»
Aquí el joven calló. Y Zaratustra miró detenidamente el árbol junto al que se hallaban y dijo:
«Este árbol se encuentra solitario aquí en la montaña; ha crecido muy por encima del hombre y del animal.
Y si quisiera hablar, no tendría a nadie que lo comprendiese: tan alto ha crecido.
Ahora él aguarda y aguarda, - ¿a qué aguarda, pues? Habita demasiado cerca del asiento de las nubes: ¿acaso aguarda el primer rayo?».
Cuando Zaratustra hubo dicho esto el joven exclamó con ademanes violentos: «Sí, Zaratustra, tú dices verdad. Cuando yo quería ascender a la altura, anhelaba mi caída, ¡y tú eres el rayo que yo aguardaba! Mira, ¿qué soy yo desde que tú nos has aparecido? ¡La envidia de ti es lo que me ha destruido!» - Así dijo el joven, y lloró amargamente.
Mas Zaratustra lo rodeó con su brazo y se lo llevó consigo. Y cuando habían caminado un rato juntos, Zaratustra comenzó a hablar así:
Mi corazón está desgarrado. Aún mejor que tus palabras es tu ojo el que me dice todo el peligro que corres.
Todavía no eres libre, todavía buscas la libertad. Tu búsqueda te ha vuelto insomne y te ha desvelado demasiado. Quieres subir a la altura libre, tu alma tiene sed de estrellas. Pero también tus malos instintos tienen sed de libertad.
Tus perros salvajes quieren libertad; ladran de placer en su cueva cuando tu espíritu se propone abrir todas las prisiones.
Para mí eres todavía un prisionero que se imagina la libertad: ay, el alma de tales prisioneros se torna inteligente, pero también astuta y mala.
El liberado del espíritu tiene que purificarse todavía. Muchos restos de cárcel y de moho quedan aún en él: su ojo tiene que volverse todavía puro.
Sí, yo conozco tu peligro. Mas por mi amor y mi esperanza te conjuro: ¡no arrojes de ti tu amor y tu esperanza!
Todavía te sientes noble, y noble te sienten todavía también los otros, que te detestan y te lanzan miradas malvadas. Sabe que un noble les es a todos un obstáculo en su camino.
También a los buenos un noble les es un obstáculo en su camino: y aunque lo llamen bueno, con ello lo que quieren es apartarlo a un lado.
El noble quiere crear cosas nuevas y una nueva virtud. El bueno quiere las cosas viejas, y que se conserven.
Pero el peligro del noble no es volverse bueno, sino insolente, burlón, destructor.
Ay, yo he conocido nobles que perdieron su más alta esperanza. Y desde entonces calumniaron todas las esperanzas elevadas.
Desde entonces han vivido insolentemente en medio de breves placeres, y apenas se trazaron metas de más de un día.
“El espíritu es también voluptuosidad” - así dijeron. Y entonces se le quebraron las alas a su espíritu: éste se arrastra ahora de un sitio para otro y mancha todo lo que roe.
En otro tiempo pensaron convertirse en héroes: ahora son libertinos. Pesadumbre y horror es para ellos el héroe.
Mas por mi amor y mi esperanza te conjuro: ¡no arrojes al héroe que hay en tu alma! ¡Conserva santa tu más alta esperanza!.
Así habló Zaratustra.
La idea de la muerte se instaló definitivamente en mí como un amor. No es que yo amase la muerte, la detestaba. Pero, después de pensar en ella de cuando en cuando como en una mujer a la que no amamos, ahora el pensamiento de la muerte se adhería a la capa más profunda de mi cerebro tan profundamente que no podía ocuparme de una cosa sin que esa cosa atravesara, en primer lugar, la idea de la muerte, y aunque no me ocupara de nada y permaneciera en un reposo completo, la idea de la muerte me daba una compañía tan permanente como la idea del yo.
Marcel Proust
"Cada instante es una crisis, y uno pone toda su habilidad en juego para soportar esa crisis. Como el espadachín, el arquero, el poeta y el pintor: todo está ahí. No hay futuro, ni pasado, solo ese instante y cómo te enfrentes a él. El arte de sucede."
"Pasaron la noche el uno en brazos del otro y los miedos y las inseguridades que sentían, fueran cuales fuesen, resultaron ilusorias. La soledad se evaporó como el vaho del hielo seco y por la mañana no era más que una nube en el techo de la habitación que la luz hizo desaparecer"
Christopher Moore (Un trabajo muy sucio)