La semana pasada escribí sobre la escasez de jugadores españoles en la Superliga Orange. Mucha gente extrapoló ese tema al resto de eSports, y también vi bastante negatividad a raíz de la columna. Hoy quería dar algo de esperanza comentando los casos con los que yo mismo he trabajado: jugadores españoles que han llegado a mundiales del League of Legends. Para ello, pondré ejemplos deportivos de tal forma que sea sencilla la comprensión de cada caso.
Carlos "Ocelote" Rodríguez. La mejor comparación que puedo usar con él es la de Sergio Ramos. Líder y capitán de SK Gaming durante tres temporadas, jugar con él era excitante en todos los sentidos. Había partidas que pasaba desapercibido, y otras que parecía el Faker español. La mayor virtud de Ocelote era su capacidad motivadora. Daba igual quién jugase bien o cómo fuese la partida, él siempre ayudaba para que nadie se viniese abajo y animaba en todo momento al equipo. Sus gritos y su ambición hacían que cualquiera jugase al máximo nivel.
Enrique "xPeke" Cedeño. Qué decir de él que no sepáis ya. Carisma puro, diversión, alegría, y un don para este juego. Lo comparo con alguien como Ronaldinho. Siempre jugaba sonriendo, da igual que se hiciese una penta, un backdoor, o que muriese 1vs1 contra su rival. Siempre sonreía. Y cuando juegas con un jugador así, el ambiente del equipo siempre es positivo. A xPeke le podías decir sus errores que los iba a mirar e iba a aprender de ellos. También tenía dotes de líder: si alguien estaba desanimado, o a la defensiva, su voz tranquilizaba y le escuchaban. Tenía una capacidad de solucionar problemas que era muy poco común para su edad. También fue el primero que aprendió a dosificarse durante la temporada. ¿Quién no recuerda esa famosa frase: "xPeke boost at worlds"? Simplemente, durante la temporada jugaba la mitad de horas que cuando de verdad importaba (Worlds), y así evitaba quemarse excesivamente con el juego. En esas fases es cuando de verdad demostraba que era uno de los mejores jugadores del mundo y que entendía el League of Legends a la perfección. Nunca he conocido una persona que se divirtiese tanto entrenando, jugando SoloQ o compitiendo en un escenario. Un ejemplo a seguir.
Alfonso "Mithy" Aguirre. La mayor fuente de conocimiento de League of Legends que conozco. El 50% de cómo entiendo el juego a día de hoy es gracias a él. Por seguir con las comparaciones futboleras, sería el Zidane del League of Legends. Sí, sé que Mithy tiene más pelo, pero este símil es porque Mithy, a la vez que jugador, es entrenador. Él se encarga de entender el juego cada temporada con su evolución, y hacerle entender al resto del equipo cómo se ha de jugar. El mejor shotcaller que jamás vi; te llega a decir hasta cuándo has de beber agua. Su segunda mayor virtud es su capacidad de autocrítica: cuando juega mal o hace un mal call no le es suficiente con identificarlo o cabrearse consigo mismo, sino que busca la solución. Puede estar más de 20 minutos en una misma jugada hasta que encuentra la respuesta/solución perfecta, y se la hace ver al resto de jugadores. Él no ve el League of Legends como un videojuego con mecánicas y constantes cambios, él ve este juego como un tablero de ajedrez en el que él es el rey y el que gobierna la partida.
Alvar "Araneae" Martín. El último español en llegar a Worlds soy yo: Araneae. He participado en tres mundiales distintos, uno como jugador y dos como entrenador. Evitaré la comparativa futbolera, pero sí que me criticaré a mí mismo. Siempre fui consciente de que mis mecánicas en el juego no eran las mejores (¡tan solo con Lee Sin tenía mecánicas!), y me costaba unas 20/30 partidas entender al máximo cualquier personaje. ¿Cómo pude llegar hasta donde llegué siendo así? Dedicándole más horas que nadie. Al día, consumía entre cinco y seis horas de League of Legends coreano y chino, o hasta dos o tres horas de pura teoría y formas de cambiar el metagame, sin contar las diez horas de entrenamiento/SoloQ. Me forzaba a entender el juego mejor para poder shotcallear. Dedicaba un mínimo de 12 horas al día al juego, y en épocas fuertes eso aumentaba a 16 horas al día. Sabía mis limitaciones e intentaba esconderlas con trabajo constante.
Repetiré esta semana añadiendo una nueva moraleja: ninguna de las virtudes mencionadas son un don innato. Éste no es un deporte donde midiendo más de dos metros o teniendo mejor musculatura vayas a destacar más fácilmente. Estas aptitudes que menciono son adquiridas por el esfuerzo constante y por las metas que se marca cada uno.
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