La Dirección General de Tráfico se ha propuesto reducir el número de víctimas de accidentes de circulación en ciudad y para ello está estudiando aumentar el número de zonas restringidas a 30 kilómetros por hora.
En concreto, la DGT firmará un convenio con la Federación Española de Municipios y Provincidas, para incluir una ordenanza municipal común en la que se fijaría que el 80% de las calles de las ciudades estarían restringidas a 30 kilómetros por hora de velocidad máxima.
Así lo ha explicado, en el primer "Encuentro de Ciudades para la Seguridad Vial", la directora del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de Tráfico, Ana Ferrer, que ha analizado las propuestas de la Dirección General para reducir la siniestralidad en las ciudades porque la accidentalidad está bajando con "más peso" en las carreteras.
En este sentido Tráfico quiere que los ayuntamientos se involucren en la seguridad vial y puedan acometer algunas medidas urbanísticas para reducir la siniestralidad como es el caso de elevar el número de zonas 30 -calles limitadas a 30 kilómetros por hora-, así como elevar determinados cruces o pasos de peatones o señalizar estas zonas para los viandantes de una forma distinta.
Está demostrado, según señalaba también el experto en tráfico Andrés Monzón, que la posibilidad de sobrevivir a un accidente cuando se circula a esa velocidad son muchas y las de evitar el atropello, según recalcaba Ferrer, son "muchísimas".
Además, afirmó que donde más se producen atropellos son en calles de poco tráfico donde los peatones se "confían", y que representan el 80 por ciento de las vías de las ciudades. A su juicio, esas calles son susceptibles de convertirse en "zonas 30" para reducir los accidentes, ya que "la calle no es para el vehículo es de los ciudadanos, de los peatones, de los que andan".
"La calle no es para el vehículo que va transitando, sino de los ciudadanos, de los peatones, de los que andan y ahí el vehículo tiene que saber es que es el último de la fila", ha dicho Ferrer, quien hace hincapié en la necesidad de ese cambio cultural en los municipios.
La DGT está convencida en implicar a los ayuntamientos en la tarea de la seguridad y en desarrollar nuevos planes de movilidad, pero si los municipios quieren recibir aportaciones técnicas y económicas para desarrollarlos tendrán que comprometerse antes para enviar a Tráfico los datos de accidentes y de pérdida de puntos de forma automática.