Vi la inocencia de la culpa,
ignoré a la obsesión,
razoné con la locura
y celebré la decepción,
con el ánimo en su punto exhausto,
será que del aprecio al asco tan sólo hay un chasco.
Me llegué a matar con mi propio veneno
como un escorpión dentro de un gran círculo de fuego,
mi afán de tocar las nubes me ató al suelo
y el saber que lo mereces no hace que duela menos.
¿Cómo aparcáis mis recuerdos si el olvido es como el centro?
No hay quien encuentre aparcamiento.
Eh, que yo de mí sé, (que yo de mí sé), de lo que resta sospecho.
Y si el tiempo pone todo en su lugar que me ordene el cuarto
que estoy harto de esperar mi momento,
guardar silencio significa conocer a los demás ¿no?
(ya, ya) por eso me conozco tanto,
y no, no tengo filtro no,
como mi lado promiscuo
y no soy el prototipo de tipo ideal,
mi ámbito es crear desde el conflicto
y mi mayor conflicto es que tengo el hábito de crear,
que no es lo mismo,
di de lado a la dejadez
y cuando estoy donde debo estar soy quien debo ser ¿ves?
a mi me basta con saber que no ayuno en la indiferencia
y que me nutro de mis ganas de aprender.
Esto no es el circo payaso,
si vienes a hacer la púa yo seré el martillazo,
y a mi plin de lo que dicen ni caso,
no hay par de narices capaces de soportar este portazo,
no me conoce y se hace el ofendido,
juzgándome si cambio llamándome vendido,
no guardo hueco en mi horario al descuido,
el día que lo haga por un salario yo mismo me autodespido,
es Murcia Finest primo,
somos la transición del cartón de Don Simón al buen vino,
ya le aguanto la mirada al destino
y soporto la presión como Pacino en la parte dos del Padrino,
percibí, moldear y escribir,
conocí al mal y tenía cosas que decir,
lo aprendí con el tesis doctoral del Meswy
y no para competir con la generación del fav y el retuit.
Tú creíste que volar era imposible
pero todo lo que digas antes de un pero no sirve,
como el que sabe que puede y no insiste,
convencido de que al jefe siempre se le ríe el chiste.
Mi única universidad fue la calle,
me licencié con nota en inhumanidades
y al hacer balance ya se sabe,
el interés es como un cáncer en cuanto a las amistades.
Melancholía de Lars Von Trier,
retirar mi nivel es más sacrificado que ganar con diez,
ya pasé la etapa de creerme el mejor,
ahora estoy en la que sé que lo soy.