El Govern saca de la cárcel a 4 violadores tras cumplir cinco meses de su condena de 12 años
Quedó demostrado que esposaron y forzaron a la víctima entre los cuatro
Funcionarios aseguran que sólo 'puede obedecer a influencias de gente muy importante'
En pleno debate sobre el endurecimiento de las medidas de prisión de los agresores sexuales, la Generalitat de Cataluña ha dictado una resolución, sin precedentes y sin respaldo judicial, por la que ha excarcelado a tres hombres y a una mujer que habían sido condenados a 12 años de prisión por violación después de que hubieran cumplido menos de cinco meses en diversos centros penitenciarios.
En contra de los informes de dos de estas cárceles, Serveis Penitenciaris del Govern ha concedido el tercer grado a estos internos, a los que el Tribunal Supremo confirmó su condena en marzo de 2007.
Los cuatro reclusos, tres draq queens y una gogó, ingresaron en las cárceles de Wad-Ras -en Barcelona-, Can Brians 2 -en Sant Esteve Sesrovires-, y Quatre Camins -en la Roca del Vallès- de forma voluntaria el pasado mes de noviembre después de que el Supremo confirmara las condenas de prisión por agredir sexualmente a un joven de 18 años en una discoteca de Montornés del Vallès en julio de 2001. La Fiscalía llegó a solicitar penas de 60 años para cada uno, pero finalmente la Audiencia de Barcelona les impuso 12 años. Los abogados defensores recurrieron, pero el Alto Tribunal confirmó definitivamente el fallo.
El pasado 19 de noviembre, José Luis G. R., y Germán C. M. ingresaron en Can Brians 2 y fueron propuestos por el centro para ser calificados en segundo grado. Gemma A. B. hizo lo propio en Wad-Ras -posteriormente fue trasladada a Can Brians-, y José María P. P. ingresó en Quatre Camins. Los reclusos iban a cumplir una cuarta parte de la condena en 2010, la mitad en 2016 y la definitiva en 2019 y, todo y con ello y el tipo de delito por el que fueron penados en sentencia firme, la Secretaría de Prisiones de la Generalitat dictó el pasado día 3 de abril una resolución sin precedentes.
Una portavoz del Departament de Justícia admitió el domingo la concesión del tercer grado a los reclusos y explicó que se ha valorado el hecho de que no tienen antecedentes penales y de que durante su estancia en prisión han observado buena conducta.
Las mismas fuentes explicaron que la actriz Bibiana Fernández y la presentadora de televisión Ana García Siñériz visitaron, durante su breve encarcelamiento en Can Brians 2, a uno de los drag queens condenados. Diversos funcionarios consultados por este diario afirmaron que «la medida adoptada por la Generalitat sólo puede obedecer a las influencias ejercidas por gente muy importante porque nadie recuerda un caso ni siquiera parecido».
La Administración catalana tiene potestad para tomar esta clase de decisiones. En los casos del financiero Javier de la Rosa o del ex juez Luis Pascual Estevill se beneficiaron de un trato preferencial respecto a otros reclusos. Sin embargo, no hay precedentes en la concesión de un tercer grado a internos que no han cumplido ni una décima parte de la condena y que, por si fuera poco, son culpables de delitos sexuales. Hasta el momento, el juez de vigilancia penitenciaria no se ha opuesto a la concesión de estos terceros grados. La Fiscalía tampoco se ha pronunciado.
El caso se remonta a la madrugada del 21 de julio de 2001, cuando la gogó Gemma A. B. y la víctima, un chico de 18 años, estaban jugando un partido de voleibol organizado en el interior de la discoteca Eibisi, de Montornès del Vallès, a la que el joven había acudido con tres amigos.
La sección sexta de la Audiencia de Barcelona consideró probado que ambos estuvieron flirteando hasta que apareció el novio de la chica y le dijo a la víctima: «Lo que quieras hacer con ella lo tienes que hacer conmigo». Disgustado por la proposición, el joven se dirigió a otra zona del local. El fallo señalaba que la pareja y los otros dos acusados se pusieron de acuerdo para vejar al joven. La gogó volvió a acercarse a la víctima y le propuso tomar una copa en un lugar tranquilo, a lo que aceptó el chico al ver que ella estaba sola. Ambos se dirigieron a los camerinos, donde sólo podía entrar personal autorizado, entre el que se encontraba la gogó y los tres drag queens que habían sido contratados para animar la noche. Los tres procesados sorprendieron a la víctima y le colocaron unas esposas. Tras trasladarlo a un cuarto de baño, le bajaron los pantalones y los calzoncillos y le sujetaron los pies mientras le realizaban una felación entre todos.
Durante la vista, los acusados admitieron el contacto sexual pero aseguraron que fue consentido. Ni la Audiencia de Barcelona ni el Tribunal Supremo consideraron esta posibilidad. El joven agredido llegó a golpear, después de ser vejado, a un animador al confundirlo con uno de los procesados y explicó a sus amigos lo que había ocurrido. Luego, se dirigió al cuartel de la Guardia Civil para denunciar los hechos.
Tras instruirse la causa, llegó a juicio. Aunque el fiscal solicitaba inicialmente penas de 15 años de cárcel, acabó elevando su petición a 60 años. Finalmente, la Audiencia condenó a los drag queens y a la gogó a 12 años y a indemnizar a la víctima con 12.000 euros. La condena fue ratificada por el Supremo y se empezó a ejecutar en noviembre hasta la polémica decisión de la Generalitat. Lo más inexplicable es que la decisión se produce en un momento en el que se debate sobre las medidas que se deben imponer a los agresores sexuales y que incluso ha provocado que se contemple la posibilidad de crear un banco de ADN de los violadores. Mientras de puertas para fuera se forman comisiones de expertos con figuras como el ex fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, y la consellera Montserrat Tura, de puertas para dentro se favorece la puesta en libertad de algunos agresores sexuales.
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/04/14/barcelona/1208151960.html
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