España es, en términos demográficos, un erial. Y las perspectivas no son alentadoras. Así de contundentes se manifestaron esta semana en el V foro #StopInviernoDemográfico, organizado por la Asociación de Familias Numerosas de Madrid. De hecho, de cumplirse las proyecciones estadísticas que expuso Alejandro Macarrón, director de la Fundación Renacimiento Demográfico, el 40% de los jóvenes españoles no tendrán hijos y la mitad no tendrán nietos. Significativo resultó también el dato de nacimientos. En 2020 nacieron 244.000 niños de madres españolas, casi la mitad de los 419.000 neonatos contabilizados en 1939, cuando España solo contaba con 25 millones y medio de habitantes.
La idea más recurrente de los ponentes fue la de señalar como causa principal de este invierno demográfico a la crisis social de valores. En esta línea, el ex ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, señaló que su generación no había sabido transmitir la jerarquía de valores y la cultura a sus descendientes.
Esta realidad fue traducida en cifras por Roberto Ramos, investigador del Banco de España. Explicó que la tasa de dependencia superará el 50% en 2040: los mayores de 65 años serán la mitad de los comprendidos entre los 14 y los 64 años. Pero los retos no vendrán solo de las pensiones. La población envejecida tiende a una menor digitalización, lo que va contra de la tendencia global.
La población joven entre 20 y 39 años es un 34% más reducida que hace 20 años.