Esto es lo que afirma la universidad americana de Rochester, Illinois.
Investigadores de la Universidad de Rochester, la Universidad de Illinois y el IDC Herzliya en Israel realizaron el siguiente experimento, cogieron a un grupo de 120 jóvenes voluntarios y los dividieron por sexo. Después los fueron emparejando aleatoriamente entre ellos con la única condición de que no se conocieran.
Los investigadores les preguntaron por el interés sexual que les despertaba esa "cita a ciegas" ante la posibilidad de que se pudiera extender en el tiempo y cómo les gustaba su nueva "pareja" según esa primera impresión.
Los investigadores definieron el concepto de "sensibilidad" como la clave para mantener una relación a largo plazo, tanto de amistad como de amor como explica el investigador Gurit Birnbaum. Sin embargo los puntos de vista de hombres y mujeres que arroja el estudio sobre este concepto son completamente diferentes, según recoge Newsweek.
Estos investigadores descubrieron que los hombres encontraban atractivas a mujeres que eran percibidas como “sensibles” porque las encontraban más "femeninas y atractivas". Sin embargo las mujeres no encontraban a los chicos "sensibles" atractivos sexualmente y preferían a los chicos "duros", "malotes" o "difíciles".
Así este estudio coincide con la visión que Hollywood suele representar del amor, la atracción y las parejas. En muchas películas de instituto por ejemplo, las chicas se sienten atraidas por el chico duro o dificil mientras que nunca se fijan en chicos sensibles, simpáticos y buenazos a los que sólo quieren como amigos.
La evidencia observacional queda confirmada empíricamente, aunque de forma débil.
A los hombres nos gustan las chicas buenas porque reflejan un nivel más alto de estrógenos y por lo tanto representan un mayor potencial reproductivo, la explicación de porque ellas los prefieren canallas/malotes es un misterio.
Una de las hipótesis que se plantea es que el chico bueno les suele dar mala espina, pensando que está desesperado o que espera recibir favores sexuales a cambio de su actitud, cosa que las mujeres detestan.
Ya sabéis, si queréis tener un buen harén de tías buenas toca ser unos canallas.