Manuel Porcel (29 años) aún no tenía muy claro qué carrera quería estudiar en su último año de instituto. "Mis compañeros lo sabían perfectamente; o habían elegido ellos, o sus padres les obligaban a estudiar algo en concreto. Pero yo, simplemente, no sabía", explica. La asignatura que más le gustaba entonces era Filosofía, así que decidió matricularse en la Universidad Complutense para hacer esa carrera. El primer año no le fue bien, el segundo, mejor, pero se dio cuenta definitivamente de que lo que realmente le gustaba (y a lo que dedicaba la mayoría de su tiempo libre) eran los ordenadores. Así que el tercero no lo terminó; ya había decidido comenzar Ingeniería Informática en una universidad privada.
La cifra de alumnos que comienzan una carrera y no la acaban preocupa tanto al Gobierno como a las universidades. El Ministerio de Educación ha dicho que afecta a casi un tercio (30%) de los alumnos, pero en algunas carreras de algunas universidades, el porcentaje alcanza casi a la mitad de los estudiantes. Por ejemplo, algunas titulaciones de humanidades en la Universidad de Granada tienen un abandono del 49%, las experimentales en la Universidad de La Laguna (Canarias), del 41%, y las técnicas de la Universidad de Lleida, del 39%.
La Universidad española en cifras 2006, informe editado por los rectores, ofrece estos datos, que representan simplemente una aproximación, ya que se han tomado cifras absolutas. Por ejemplo, para calcularlo en las carreras de cuatro años, han dividido el número de alumnos que empezaron en 2002-2003 entre el total de estudiantes que abandonaron esa carrera en los dos cursos siguientes. Para hallar la verdadera cifra de abandono habría que seguir la vida académica de cada alumno, y ese dato, aseguran los expertos, sería más escandaloso aún.
Más allá del cálculo estadístico, el problema representa una enorme pérdida de dinero y de esfuerzo, según aseguran diversos responsables del Ministerio de Educación. Si en el curso 2004-2005 abandonaron 90.500 universitarios, y el gasto por alumno es de unos 7.000 euros al año, teniendo en cuenta que esos estudiantes estuvieron matriculados al menos dos cursos, la cifra de inversión en estudiantes que terminan dejando la carrera es de más de 1.200 millones de euros.
Con la reforma de las titulaciones para hacerlas equiparables a las europeas, el ministerio ha propuesto que el primer curso de las carreras de la misma rama sea común o, al menos, equivalente, de tal manera que los estudiantes puedan cambiar de opinión en segundo curso y pasarse a otra carrera sin renunciar a ningún aprobado. Una gran parte de los abandonos ocurren en los primeros cursos, precisamente porque el alumno quiere rectificar su primera decisión, como le ocurrió a Manuel Porcel.
A este joven le fueron mejor las cosas a la segunda, y desde el principio avanzó sin mayores problemas en Ingeniería Informática. Pero cuando le quedaba un curso para obtener el título, encontró un trabajo que, poco a poco, se convirtió en estable y bien remunerado. Con un empleo a jornada completa, cada vez le era más difícil seguir las clases, así que el año pasado ya no se matriculó en la universidad. "Sigo pensando en terminarla en algún momento", asegura Porcel.
Ésta es otra de las principales causas de abandono, la de aquellos alumnos que encuentran trabajo antes de titularse. Aunque las causas pueden ser tan variadas como los estudiantes (falta de recursos, conflictos familiares, personales...) es evidente que la falta de motivación está en los primeros puestos de la lista.
El hecho de que las titulaciones de la rama sanitaria tengan un porcentaje de abandono muy bajo (la cifra más alta es del 29% en Granada, y en la mayoría del resto están por debajo del 9%) se debe principalmente a que son carreras "muy vocacionales", asegura Juan Hernández Armenteros, director del estudio La Universidad en cifras 2006. "Cuando en la estadística aparece un porcentaje alto de abandono en estas carreras, normalmente se debe a las titulaciones de Veterinaria o Farmacia. Éste es el caso de la Universidad de Granada. Sin embargo, en Medicina, Enfermería, Fisioterapia u Odontología los porcentajes son insignificantes", asegura Hernández Armenteros.
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Así es la vida, conozco a mucha gente que deja la carrera en 2º o 3º porque "no era lo que les gustaba en un principio".
Para los universitarios: ¿Vosotros habéis dejado una carrera? ¿Os lo habéis planteado alguna vez?
Para todos: ¿Conocéis a alguien que lo haya hecho? ¿Se ha arrepentido?
En mi caso, es puramente vocacional, así que nada... ahí seguimos xD