#120 Y halcones para comerse la invasión de conejos, pero esos no cobran, solo los que practican la cetrería. No recuerdo cuanto, ahora mismo, pero era una pasta.
En fin, cuanto mas se habla de ese aeropuerto fantasma mas surrealista se vuelve todo, sobretodo si añades la escultura, tipo vibrador de varios cabezales, de Ripollés.