Por un lado Alejandro III de Macedonia, más conocido como Alejandro Magno o Alejandro el Grande.
Hijo y sucesor de Olimpia de Epiro y Filipo II de Macedonia, su padre, quien lo preparó para reinar, proporcionándole una experiencia militar y encomendando a Aristóteles su formación intelectual. Alejandro Magno dedicó los primeros años de su reinado a imponer su autoridad sobre los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de Filipo para rebelarse. Como hegemón de toda Grecia en concepto de sucesor de su padre (asesinado), continuó el plan de su padre y el que habían aprobado las polis griegas: conquistar el vasto imperio de Persia, para vengar todos los daños que les habían causado a los griegos por siglos, incluyendo la captura de todas las ciudades costeras de Asia Menor y varias islas del mar Egeo. Preparó un ejército de aliados griegos (mayormente macedonios) y en el año 334 a. C. se lanzó con su pequeño ejército, de apenas 40 000 hombres, contra el poderoso Imperio persa: una guerra de venganza de los griegos —bajo el liderazgo de Macedonia— contra los persas.
Alejandro y Aristóteles. El notable filósofo se ocupó de la formación intelectual y académica de Alejandro durante 5 años.
Hazañas :
- Tras la muerte de su padre y tomar el poder, reprimir la sublevación de Tebas.
- Demostrar Valentía entrando en la ciudad de atenas sin su ejercito, tras lo que fue reconocida su supremacía y nombrado hegemon.
- Derrotar a los persas en la batalla del gránico.
Batalla del Gránico. Ubicado cerca del emplazamiento de Troya (actual Turquía). Primer victoria macedonia sobre suelo persa. Fuentes modernas calculan que en la contienda se enfrentaron 40 000 soldados macedonios y 40 000 persas. Las bajas persas fueron numerosas, mientras que el ejército heleno sufrió muy pocas
- Derrotar a los persas en la batalla de Isos
Batalla de Issos. Segunda victoria de Alejandro sobre los persas. Según fuentes modernas, esta vez el rey Darío reunió 600 000 soldados, mientras que los macedonios sumarían 50 000. A pesar de la gran diferencia, la estrategia de Magno prevaleció por sobre la desventaja numérica. Las bajas persas fueron significativas, pero no así las macedonias. Darío huyó, abandonando también la tienda familiar, donde estaban su esposa, su madre, y sus dos hijas.
- Derrotar a los persas en la batalla de Gaugamela
Batalla de Gaugamela. Esta batalla significó prácticamente la caída del Imperio Persa. Darío reunió al menos 500 000 hombres, mientras que los macedonios continuaban siendo alrededor de 50 000. Las estipulaciones modernas sugieren que la mitad del ejército persa pereció en combate, o al menos 200 000, mientras que los macedonios y aliados griegos contarían unas 5000 bajas incluyendo heridos. Ante tal debacle, nuevamente, Darío huyó, dejando a Babilonia, a la suerte de Alejandro.
- Extender ampliamente la influencia de la civilización griega y preparar el camino para los reinos del período helenístico.
- Internarse en la india y vencer a los aspasioi (40.000 prisioneros) , asi como a los assakenoi que les recibieron con un ejército de 30 000 soldados de caballería, 38 000 de infantería y 30 elefantes, Alejandro fue herido de gravedad en estas batallas.
Ejercito :
Falange macedonia :
La falange macedonia era una formación de infantería creada y usada por Filipo II, y más tarde por su hijo Alejandro Magno en la conquista del Imperio persa. Esta formación predominó en las batallas durante el período helenístico hasta ser reemplazada por las legiones romanas. Fue elevada al cénit de su efectividad por Alejandro y en el mundo griego se la consideraba un sistema de combate invencible hasta las derrotas de Cinoscéfalas (197 a. C.) y, especialmente, Pidna (168 a. C.).
La falange jugaba el papel principal en la estrategia que llevó a Alejandro Magno a no perder ninguna batalla. Se le llama martillo y yunque y se desarrolla de la siguiente manera:
Primero, los falangistas, formados principalmente por pezhetairoi, retenían al enemigo con sus largas sarissas, dejándoles sin posibilidad de escapatoria.
Posteriormente, la caballería (hetairoi) cargaba contra los enemigos por detrás o por los flancos, empujándoles hacia las lanzas, a una muerte segura.
De ahí el nombre de la estrategia: la falange actuaba de yunque, sujetando al enemigo para que el martillo o caballería acabara con el enemigo de un golpe.
Este ejemplo ilustra el uso que hicieron los reyes de Macedonia de su falange: al contrario que los griegos, no era del cuerpo de tropas de quien dependía la suerte de la batalla y esto fue también un avance en el domino táctico, mérito de Filipo II. Quedaba, sin embargo, como el punto de anclaje del ejército, alrededor del cual evolucionaba la infantería ligera y la caballería.
En el Reino de Macedonia la caballería era la fuerza principal antes de la aparición de la falange y jugó un importante papel (como en Queronea e Issos) junto a ésta, permitiendo la ruptura del frente del adversario o bien aportando rápidamente refuerzos donde se necesitaran.
La ausencia de silla de montar, entonces desconocida en Europa, limitaba su armamento. Los jinetes llevaban una sarissa de un modelo más corto (cuatro o cinco metros), así como un sable curvo (machaira), una coraza y un casco. Esta fuerza de gran movilidad estaba acompañada de otros tipos de combatientes a caballo, como por ejemplo los arqueros.
Existe otra característica de la perpetua reorganización de las fuerzas macedonias, tanto en la cantidad de efectivos humanos dentro de las unidades como en su composición: Alejandro, en su periplo hasta el Indo, integró a su ejército los de los países vencidos y se inspiró en ellos para modificar el equipamiento de sus propias fuerzas. Ya Filipo había hecho innovaciones al aumentar la profundidad de la falange, basadas en los conocimientos que adquirió, como se ha dicho previamente, en su juventud durante su estancia en Tebas como rehén.
Alejandro continuó la obra de su padre, favorecida por estas influencias exteriores, muestra de su adaptación y de sus victorias.
Hetairoi:
Los hetairoi (ἑταῖροι, hetairoi, ‘compañeros’) constituían la caballería de élite del ejército de Alejandro Magno. Además de arma ofensiva, hacían las veces de guardia personal del macedonio. Utilizada en conjunto con la falange macedonia, esta «fijaba» al enemigo en un lugar, manteniéndose en formación defensiva, y la caballería de compañeros cargaba sobre su flanco o por detrás. La caballería recibía por tanto el nombre de «martillo» en las estrategias, porque aplastaba literalmente a las unidades enemigas retenidas por el «yunque» o la «falange». Normalmente, Alejandro lideraba la carga, formando a sus jinetes en cuña. Su existencia abarca desde el reinado de Filipo II hasta el de su hijo y sucesor, según Diodoro Sículo y Flavio Arriano. La élite de los hetairoi formaban la guardia de los monarcas macedonios (somatophylakes).
Etimología:
El nombre de esta unidad militar de los hetairoi significa los que están cerca del rey. Eran miembros de la aristocracia macedonia o plebeyos de cualquier origen griego que gozaban de la confianza y amistad del regente de Macedonia. Las Hetairideia, un festival sobre la relación sagrada que unía siempre al rey y sus compañeros, se celebró, e incluso Eurípides, el famoso escritor de tragedias griegas, fue honrado como hetairos por el rey Arquelao I. Los amigos reales (philoi) o compañeros del rey (basilikoi hetairoi) eran nombrados de por vida por el rey entre la aristocracia macedonia.
Organización:
Los hetairoi estaban organizados en escuadrones de 200 a 300 soldados. En la campaña de Persia había ocho escuadrones, comandados por Filotas, siendo uno el escuadrón real (formado por los amigos íntimos de Alejandro, hijos de nobles macedonios).
Al mismo tiempo, estas tropas protegían los flancos de la línea de combate durante la batalla. Los hetairoi cabalgaban en los mejores caballos, a pelo o sobre una manta, y recibían el mejor armamento disponible. Cada uno portaba una larga lanza arrojadiza (xyston), una espada similar a la falcata ibérica (kopis) para el combate cuerpo a cuerpo, coraza de lino o bronce, brazales protectores y yelmo. Los caballos también estaban parcialmente protegidos.
Como caballería pesada, los hetairoi resultaron el arma decisiva de Alejandro Magno en batalla.
Tácticas militares de Alejandro Magno
Las tácticas militares utilizadas por Alejandro Magno (356-323 a. C.) demuestran que ha sido uno de los más grandes generales de la historia. Durante la batalla de Queronea (338 a. C.), ganada contra los ejércitos ateniense y tebano, y las batallas del Gránico (334 a. C.) y de Issos (333 a. C.), ganadas contra el ejército persa de Darío III, Alejandro empleó la táctica llamada del «martillo y el yunque». Sin embargo, en la batalla de Gaugamela (331 a. C.), los persas poseían un ejército ampliamente superior en efectivos al ejército macedonio. Esta táctica de cerco por las unidades de choque rápidas no era muy factible. Alejandro tuvo que componer y decidir una formación de combate innovadora para la época: dispuso sus unidades en niveles; fingió querer rodear al enemigo para poder dividirlo mejor y así abrió una brecha en sus líneas defensivas.
Táctica del martillo y el yunque
Principio
Esta táctica no podía realizarse a menos que los dos ejércitos tuvieran más o menos el mismo número de efectivos, ya que consistía en encerrar al contrario por los lados.
El "yunque" correspondía a la falange y a los hipaspistas (la infantería de élite) que presionaba al adversario y lo contenía en un espacio cerrado.
El "martillo" correspondía a la caballería pesada de los hetairoi que intervenían justo después.
Fase 1: "El martillo"
Para llevar a las fuerzas enemigas lejos de su centro, la caballería macedonia rodeaba los flancos del ejército contrario, sistemáticamente por el flanco derecho que estaba comandado por Alejandro en persona, para luego intentar hacer un hueco y colocarse en las líneas enemigas, por lo que obligaban a sus enemigos a reagruparse.
Fase 2: "El yunque"
Atacando por los flancos, la caballería macedonia sorprendía a las tropas enemigas por la rapidez y fuerza de su impacto; en el centro, la falange y los hipaspistas avanzaban para abrir el segundo frente. Una vez se le cerraba el paso al enemigo, éste quedaba en una trampa. Generalmente, esto causaba una gran confusión porque no podía distinguirse si las unidades estaban dispersas o sólo mal coordinadas.
Táctica de la batalla de Gaugamela
La batalla de Gaugamela supuso la confrontación decisiva entre el ejército de Alejandro y el de Darío III (1 de octubre del 331 a. C.). También se la conoce como batalla de Arbela, debido a su relativa proximidad (100 km) con la ciudad de Arbela, la actual Erbil, al norte de Irak.
Número de efectivos
Alejandro Magno disponía de un ejército de 47 000 hombres, que eran pocos si los comparamos con los de Darío, quien según los historiadores modernos reunió entre 100 000 y 240 000 soldados (cifra máxima debido a los problemas de suministro). La técnica del "martillo" y del "yunque", que fue la clave de las victorias de Alejandro hasta entonces, ya no podía conducir a la victoria, pues era en efecto imposible rodear a la totalidad del ejército persa.
Desarrollo de la batalla
Disposición en niveles
Con el fin de no dejarse rodear por la innumerable caballería persa, Alejandro decidió disponer a sus tropas en niveles, algo completamente innovador en la Antigüedad. Alejandro tomó el mando del ala derecha de la caballería de compañeros (hetairoi), mientras que Darío III permaneció en el centro, en medio de sus tropas. Para ocupar el máximo terreno posible, Alejandro decidió alargar su flanco derecho. Avanzaba al trote para que le siguieran de cerca sus batallones de tiradores de élite (soldados de a pie equipados con hondas o lanzas de corto alcance), que Alejandro tenía como tropas de apoyo. Dicha táctica le sirvió para hacer que el ejército persa no se percatara de su presencia. Los falangistas y la caballería de Tesalia y Tracia, situada en el ala izquierda bajo el mando de Parmenión, tenían que mantener su posición durante todo el tiempo posible.
Ocupación máxima del terreno
El plan de Alejandro funcionó: las tropas A, B y C (letras asignadas arbitrariamente para permitir una definición rápida) les bloquearon el paso, creando así una brecha en el ejército persa. Dando un rápido revés, Alejandro dio media vuelta para dirigirse a la brecha. Los honderos y los lanzadores de jabalina, que hasta entonces estaban tapados por el ala derecha de la caballería, se descubrieron y llevaron a cabo su misión. En los demás frentes, la caballería del ala izquierda y la infantería de Alejandro resistieron a pesar de todo la embestida de los carros persas sobre el centro macedonio.
Retirada de Darío
Los honderos y lanzadores de jabalina atacaron a las tropas A, B y C para impedirles realizar sus maniobras. Al desestabilizarse, estas tropas perdieron la formación. Alejandro se metió de lleno en la brecha y decidió ir a por Darío III, subido en su carro y protegido por la Guardia Real. Cuando Darío vio lo que Alejandro pretendía hacer, comprendió que no le quedaba más opción que huir. Su huida desmoralizó a las tropas. En los otros frentes, el ala izquierda y la falange comenzaron a dar signos de debilidad, ya que las tropas que les atacaban no oyeron la señal de retirada por encontrarse en medio del fragor de la batalla y alejados del rey persa.
Persecución y muerte de Darío
Tal y como ocurrió en la batalla de Issos, Alejandro estuvo a punto de capturar a Darío, pero la caballería del ala izquierda estaba muy debilitada. Alejandro decidió entonces dejar ir a Darío para poder salvar a su ejército. Aprovechando la situación en que se encontraban los macedonios, las tropas persas huyeron del campo de batalla con sus jefes. Alejandro tenía la victoria asegurada, a pesar de que al principio de la batalla su posición no era favorable, pero quedó decepcionado por no haber podido capturar o matar al Gran Rey.
Darío huye con su guardia de Inmortales y la caballería bactriana. Alejandro y sus compañeros les persiguieron durante 120 km. Al ver que Alejandro estaba decidido a capturar a Darío, un grupo de nobles, entre los que se encontraban los sátrapas Besos, Barsaentes y Nabarzanes, tomaron al rey persa como rehén, para así poder pactar con Alejandro. Sin embargo, decidieron asesinarlo y abandonarlo poco antes de su llegada ante el temor de que Alejandro no aceptase tal negociación. A raíz de esta victoria, Alejandro es coronado como rey de Asia en una ceremonia fastuosa celebrada en Arbela y a su llegada a Babilonia.
Media:
Citas celebres :
No hay nada imposible para aquel que lo intenta.
No tengo miedo de un ejército de leones dirigido por una oveja. Tengo miedo de un ejército de ovejas dirigido por un león.
Preferiría vivir una vida corta y llena de gloria, que una larga sumida en la oscuridad.
La gloria corona las acciones de aquellos que se exponen al peligro.
Al final, cuando todo se acaba, lo único que importa es lo que has hecho.
Si espero, perderé la audacia y la juventud.
Habría preferido superar a otros en el conocimiento de lo que es excelente, que en la medida de mi poder y dominio.
Me estoy muriendo por el tratamiento de muchos médicos.
Hay tantos mundos y aún no he conquistado ni siquiera uno.
Por el otro Gengis Kan :
Guerrero y conquistador mongol que unificó a las tribus nómadas de esta etnia del norte de Asia, fundando el primer Imperio mongol, el imperio contiguo más extenso de la historia. Bajo su liderazgo como Gran Kan, los mongoles comenzaron una oleada de conquistas que extendió su dominio a un vasto territorio, desde Europa Oriental hasta el océano Pacífico, y desde Siberia hasta Mesopotamia, la India e Indochina. En la primera fase de esta expansión, las hordas mongolas conquistaron importantes reinos de Asia, como el Imperio Jin del norte de China (1211-1216), el Imperio tanguta, el Kanato de Kara-Kitai, el Imperio corasmio o la dinastía Song en el sur de China.
Los mongoles eran un pueblo guerrero donde todos los hombres libres se entrenaban para la guerra desde jóvenes y con una tradición de jinetes muy poderosa y muy antigua. Esto, unido a las reformas radicales que introdujo Gengis Kan en la organización del ejército (división de éste en grupos de 10 000, 1000, 100 y 10 hombres; el empleo de una importante red de mensajeros para enviar sus órdenes; el establecimiento de unos comisarios de logística para suministrar caballos de refresco y equipo; y por supuesto la formación de su guardia personal —compuesta en gran parte por sus hijos y otros familiares—), tuvo un papel clave en toda la historia del Imperio mongol.
Hazañas :
1185: Merkitas atacan a los Kiutes, tribu de Temuyín, secuestran a su esposa llamada Borte. Éste escapa y se alía con los keraitos destruyendo a los merkitas.
1188: Vence a los taieschutos.4
1197: Inicia conflicto con los keraítas.
1201: Se vuelve enemigo de Jamukha.
1203: Somete a los naimanos y keraitas.
1204: Varias tribus proclaman a Temuyín rey de Mongolia, pero otras se niegan a reconocerlo. Se inicia la guerra contra la coalición de Jamukha.
1206: Somete a los restos de los merkitas y acaba con los tártaros. Muerte de Jamukha. Es proclamado rey de toda Mongolia sin rivales importantes.
1207: Somete a los kirguises.
1209: Somete a los uigures.
1218: Somete a los kitán.
- En 25 años el ejército mongol conquistó más tierras. El imperio era del tamaño de África, desde el océano Pacífico hasta el Mediterráneo. La mayoría de la población actual del mundo vive en tierras conquistadas por Gengis —más de 30 países modernos con 3000 millones de habitantes—.
Situación del Imperio mongol en 1227 a la muerte de Gengis Kan.
Ejercito mongol :
El Ejército mongol fue durante los siglos XII y XIII el mejor del mundo por su movilidad y estrategias, que lo hicieron temible entre sus coetáneos. Gengis Kan y otros militares mongoles introdujeron varias innovaciones que permitieron a su ejército conquistar vastos territorios aún estando en desventaja numérica durante las batallas que enfrentaron.
El sistema mongol se fundamentaba en el estilo de vida nómada de los mongoles. Con el tiempo se sumaron al mismo otros elementos inventados por Gengis Kan, sus generales y sus sucesores. Por otro lado, la tecnología que los mongoles utilizaron para atacar fortificaciones fue adaptada a partir de otras culturas, y consecuentemente se integraron a las estructuras de mando expertos técnicos extranjeros.
Organización de las tropas
Sistema decimal
Gengis Kan organizó a sus soldados en grupos basados en un sistema decimal: 10 (arban), 100 (jaghun), 1.000 (mingghan), 10.000 (tumen), y cada grupo tenía un líder (Noyan). La unión de 2 a 5 tumen daba lugar a una hordu, o ejército, palabra de la cual se deriva el término horda. Cada hordu estaba bajo el mando del kan o de sus generales (Boyan).
Los líderes en cada nivel de la cadena de mando podían hasta cierto punto ejecutar sus órdenes del modo que les parecía más adecuado. Esta estructura de mando probó ser bastante flexible y efectiva, al permitir al ejército mongol atacar en masa, dividirse en pequeños grupos para rodear a sus enemigos o llevarlos a una emboscada, o dividirse en grupos pequeños de diez hombres para acabar con un ejército derrotado y en retirada.
Ruptura de las conexiones tribales
Cuando integraba soldados nuevos dentro de su ejército, Gengis Kan los dividía y los ponía a cargo de distintos líderes para acabar con las conexiones sociales o tribales, para así evitar cualquier enemistad inspirada en su etnia o alianzas tribales. En todas sus campañas, los soldados viajaban junto con sus familias. La disciplina se mantenía con severidad, y hasta las menores infracciones eran fuertemente castigadas; cada líder de unidad era responsable de la preparación y entrenamiento de sus soldados, y era reemplazado si se consideraba que no cumplía con su trabajo. Los ascensos en el ejército se basaban únicamente en el mérito de cada persona (con la excepción de los parientes de Gengis Kan, a quienes se les otorgaba los más altos puestos de comando).
Tamaño de sus ejércitos
Es consenso de la mayoría de los historiadores es que en todas o casi todas las batallas y campañas que emprendieron los mongoles estuvieron en constante inferioridad numérica. El tamaño de los ejércitos tendía a ser exagerado por las fuentes de la época, por lo que no son del todo confiables lo que ha provocado un intenso debate, para estimar el número de efectivos hay que hacer cálculos basados en datos de diverso origen. Aunque el historiador John Masson Smith apoyaba las cifras alcistas, declarando que los éxitos mongoles eran producto de sus superiores habilidades bélicas y altos númerospero su tesis ha sido muy atacada, en especial por su colega David Morgan defensor de cálculos bajistas.5
Respecto de las primeras campañas contra la Dinastía Jin que gobernaba los actuales norte de China y Manchuria las fuentes usualmente mencionan un ejército de alrededor de 110.000 mongoles contra 300.000 chinos (incluyendo no combatientes).6 Algunos elevan el número de soldados chinos en 150.000 jinetes y 300.000 a 400.000 infantes.
Sin embargo, otras estimaciones informan que el total de las fuerzas mongolas era de alrededor de 100.000 guerreros. El tamaño de las tropas chinas también debe reducirse, 90.000 soldados de los que sólo 30.000 a 50.000 podían ir al frente a la vez10 pero como en su mayoría eran infantes dependían mucho del aporte de los vasallos manchúes nómadas (20.000 jinetes).
En 1219 la mayoría de las tropas mongolas pasaron del frente chino a la campaña de Corasmia, estimándose en 75.000 los que partieron en la nueva campaña y unos 20.000 quedaron continuando la lucha contra los Jin.
Sobre el caso del inicio de la invasión de Corasmia en 1220 las fuerza mongola era estimada por las fuentes musulmanas de aquellos tiempos en 800.000 unidades y las tropas musulmanas que los enfrentaron en exactamente la mitad. Sin embargo, historiadores modernos las rechazan5 y reducen las cifras a una décima parte, unos 60.000 a 70.000 mongoles contra 40.000 corasmios.
Tácticas mongolas :
Media:
Citas celebres :
“No basta con que yo triunfe, los demás deben fracasar”.
“Bebamos de la copa de la destrucción”.
“Una flecha sola, puede ser rota fácilmente, pero, muchas flechas son indestructibles”.
“Soy el castigo de Dios, si no hubieses cometido grandes pecados, Dios no habría enviado un castigo como yo sobre ti”.
- “No tuve ningún lugar donde esconderme del trueno, así que ya no le temo”.
- Alejandro Magno
- Gengis Kan