Eurobonos es una palabra que sigue sin entrar en el diccionario alemán. Coronabonos sí es algo más frecuente en la prensa alemana, aunque rara vez coincide con lo que se exige desde el sur de Europa. A pesar de la presión, Angela Merkel se mantiene firme en su rechazo.
Nueve países, entre ellos España, Francia e Italia, demandan la introducción de estos eurobonos, es decir, que todos los países de la zona euro emitan deuda de manera conjunta para financiarse de manera más segura y con mejores condiciones. Pero, sobre todo, sería una muestra clara de que la Unión Europea afronta esta crisis desde la unidad y la solidaridad.
En contra se mantienen los mismos de siempre: Holanda, Austria, Finlandia y Alemania. Sin embargo, un cambio de opinión de Berlín, la todavía locomotora de Europa, podría decantar la balanza a favor de mutualizar la deuda.
A diferencia de Holanda, dadas las "repugnantes" declaraciones de su ministro de Finanzas, el Gobierno alemán es más consciente del daño que esta crisis le puede causar a la idea de Europa. Esta vez no se puede culpar al sur de Europa de haber causado la crisis económica por ser unos manirrotos. Por ello las autoridades vuelven una y otra vez a la "solidaridad" de los países de la Unión para dejar atrás cuanto antes la pandemia. Y no es una palabra vacía: en los hospitales alemanes se está tratando a decenas de pacientes graves de Italia y Francia.
Sin embargo, a la hora de hablar de compartir la deuda, nein sigue siendo la única respuesta.
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