#9 Dios, es el mejor consejo contra la timidez que he leído nunca. El cual, por cierto, nos lleva al siguiente consejo: no intentes vencer la timidez porque no te va a reportar beneficio alguno. Le importarás un rábano al noventa y nueve por ciento de la gente con la que trabes relación, sea ésta breve y superficial o larga y profunda.
Por paradójico que parezca, los problemas derivados de las relaciones con el resto de los seres humanos se superan cuando comprendes que no le importas a los demás y que los demás no deben importarte a ti.
La solución que propone #59 es el suicidio lento y ella lo sabe, tú lo sabes, todos lo sabemos.