El Consejo Europeo de ministros podría aprobar este lunes una directiva laboral que llevaba tres años bloqueada por la oposición de varios países miembros, entre ellos España, y que recoge la posibilidad de que la jornada laboral se amplíe a un máximo de 60 ó 65 horas semanales.
La vuelta de Silvio Berlusconi al poder en Italia habría desequilibrado los votos en torno a la polémica medida, a la que se oponían el ex primer ministro Romano Prodi, junto a gobiernos como los de Francia o España.
Significativo es el caso concreto de algunos sectores sin horarios fijos, como el de los médicos, transportistas o pescadores, para quienes se pretende contabilizar como horas de descanso el tiempo que pasen en el trabajo pero no sea productivo.
España no la aplicará
La posible aplicación de la medida pasa por ser una normativa que cada Estado miembro aplicara en función de su legislación interna, ante lo que el Ejecutivo español ya ha dicho que no modificará la normativa laboral aunque previsiblemente se abstendrá en lugar de votar en contra.
En cualquier caso, un cambio futuro de gobierno abriría la puerta para que se tomara la decisión de aplicar esta ampliación toda vez la apruebe la Unión Europea.
Además de la ampliación de la jornada laboral, la medida también posibilitaría reducir los salarios de las personas contratadas mediante Empresa de Trabajo Temporal (ETT), hasta que pasaran en la empresa un periodo de entre uno y cuatro meses.