Al parecer, en Miami inyectar cemento liquido en los glúteos de otra persona no es un delito serio. Basta admitirlo. Fue lo que hizo Oneal Ron Morris, un inmigrante cubano que cambió de sexo y ahora es mujer, y que el año 2011 se hizo mundialmente famosa cuando fue arrestada por aplicar el procedimiento a varias mujeres. Una de ellas murió.
Tras un largo proceso de negociaciones con los fiscales, Morris, alias 'Dr. Cemento', aceptó declararse culpable del delito de "práctica ilegal de la medicina" y acaba de ser sentenciado apenas a un año de cárcel y que sólamente comenzará a cumplir en enero.
La sentencia ha provocado cierta indignación en el sur de Florida, donde el caso fue seguido de cerca con una mezcla de curiosidad, chacota e incredulidad. "Deberían enviarla a la cárcel de por vida, por degenerada", ha dicho esta mañana una oyente de una emisora de radio.
"Es obra de Satán", ha opinado un lector en las páginas del diario 'El Nuevo Herald'. "Que la manden para Cuba", añadió otro. Incluso, la jueza estatal Ellen Sue Venzer, que sentenció a Morris, no dejó de manifestar su desagrado. "Inadmisible", fue su respuesta cuando los fiscales colocaron a su consideración el acuerdo inicial de sentencia: 180 días de cárcel seguidos de 5 años de libertad condicional. "Ustedes deben estar jugando conmigo", añadió Venzer, que al instante alteró el acuerdo y envió a Morris a prisión por un año.
Lo que la jueza de Miami no pudo hacer, por mucho que hubiera querido, fue sentenciar a la transgénero a cadena perpetua porque una de las pacientes de Morris, Shatarka Nuby, de 30 años, falleció víctima de sus inyecciones. Todo esto gracias a las particularidades del sistema jurídico estadounidense, que permite que el delito sea juzgado separadamente porque la muerte ocurrió en el condado de Broward, adyacente al de Miami-Dade.
"En esto la defensa se anotó un gol. La fiscalía quería unir los dos juicios pero no lo logró por un tecnicismo", explica a ELMUNDO.es el abogado criminalista Álvaro Smith. Esto fue posible porque el caso fue manejado a nivel estatal y no federal, el cual permite la fusión de procesos.
Morris se hizo famoso en noviembre del 2011, cuando la policía de Miami Gardens, en el área metropolitana de Miami, la arrestó después que una 'cliente' presentara una queja. En ese entonces, las autoridades divulgaron un par de fotos donde se le ve de frente y perfil. Además, se constata que también se aplicó el procedimiento a sí misma y aparece con los glúteos exageradamente hinchados. Las fotos dieron la vuelta al mundo.
Un moda peligrosa
A principios del 2011, Morris aprovechó la extraña moda que se ha extendido por el sur de Florida donde algunas mujeres, sin duda descontentas con su apariencia, les ha dado por inyectar silicona en los glúteos. Es un procedimiento relativamente caro, entre 10.000 y 15.000 dólares si es hecho por cirujanos plásticos.
Sin embargo, la transgénero montó un negocio ambulante, visitaba las casas de las 'pacientes', para mujeres de bajos recursos pero aficionadas a la belleza. Sólo que el procedimiento no era el apropiado. Ni Morris es cirujana plástica ni usaba silicona, sino una fórmula suya y muy particular: cemento líquido, goma de pegar muy fuerte, aceite mineral y sellador de neumáticos. Con ello operó a siete mujeres y todo se descubrió cuando ellas comenzaron a aparecer en las emergencias de los hospitales quejándose de fuertes dolores en el trasero.