Argelia cumple su amenaza y empieza a inundar de pateras las costas españolas
Argelia lanzó ayer un nuevo aviso de su malestar con España con otro boquete migratorio con el que confirma la amenaza de no controlar la ruta marítima clandestina. La llegada de varias pateras a la costa de Almería evidenció la permisividad de Argel, tal como vaticinaron las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando el Gobierno incendió las relaciones tras enmendar los vínculos diplomáticos con Marruecos el pasado marzo y cambiar su postura sobre el Sáhara.
Los cayucos del litoral almeriense se suman a la avalancha que registraron las Islas Baleares hace tres semanas, cuando llegaron a distintas playas seis embarcaciones con más de 100 personas a bordo en menos de 24 horas. El desafío de Argelia, que por primera vez utiliza la migración como medida de presión, es muy similar al que escenificó Rabat en el clímax de su enfado con el Gobierno por la acogida en un hospital de Logroño, por razones humanitarias, del líder del Frente Polisario Brahim Ghali en abril de 2021.
El episodio migratorio de ayer en Almería -«que no será el último», según fuentes de la Guardia Civil consultadas por este periódico- se produjo en paralelo a la clausura de la cumbre de la OTAN, en cuya agenda ha estado muy presente la protección de las fronteras de Ceuta y Melilla, en cuya valla se vivió hace seis días una jornada trágica con la muerte de una treintena de migrantes subsaharianos que intentaba alcanzar el territorio español. Las embarcaciones comenzaron a llegar a primera hora de la mañana y no lo hicieron de la misma manera que siempre. Es decir, todas a la vez.
Su arribada a la costa no se produjo de manera simultánea, como sí sucede con cada tanda de pateras. Las mismas fuentes indican que era una sola barca semirrígida con un potente motor la que se aproximaba al litoral para dejar a sus tripulantes cerca de la orilla. Después, se daba la vuelta y partía a toda velocidad rumbo a Argelia. Esa misma embarcación, precisan, regresó al cabo de unas horas con más personas a bordo. Como si se tratara de una «patera taxi» que iba y venía «con total normalidad».
En el transcurso de las próximas horas, las mismas fuentes aventuran la llegada de más embarcaciones en las mismas circunstancias.
Este modus operandi refuerza la tesis de que en la costa argelina, la policía no tiene previsto contener la salida de migrantes a través del mar en cayucos, como sí sucedía cuando estaba en vigor el tratado de cooperación entre ambos países. De hecho, hasta que se fracturaron las relaciones, el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska siempre había aplaudido la gestión migratoria por parte de Argelia.
https://www.elmundo.es/espana/2022/07/01/62bde1b3e4d4d8b4608b45af.html
A disfrutar las decisiones de nuestro magnífico Pedrosidente.