Parece que hay segunda ronda: Argentina acaba de devaluar el peso un 17%, la mayor devaluación desde 2002. Ya han empezado los apagones y los saqueos (1, 2).
El tipo de cambio oficial está cada vez más alejado de la realidad. Hasta la tasa de inflación oficial es irreal, pero está prohibido decirlo:
El país se está quedando sin reservas de divisas, algo que raramente ocurre en economías que no son un chiste. Después de fallar todos los demás intentos de frenar la fuga de capitales, han tenido que devaluar el peso a la desesperada y con ello han conseguido que el coste de los bienes de importación se dispare de la noche a la mañana. Ejemplo: precio de un Galaxy S4 ayer a las 9AM vs 3PM.
¿Petará? ¿No petará? Cuando pete, ¿alguien adivina cuánta culpa tendremos del 1 al 10 todos los habitantes del planeta que no formamos parte del gobierno argentino? ¿Aprenderán los votantes argentinos de una vez? ¿Suplicarán esta vez que el FMI les bendiga con su fuego purificador, o volverán a declararse en bancarrota con tal de que les dejen seguir otros doce años más con su pantomima populista de imprimir dinero para comprar votos?
Yo de un país que encarcela economistas por decir la verdad y que expropia petroleras extranjeras para hundirlas y acabar importando petróleo nigeriano no espero gran cosa, francamente.