Un conocido pianista llevo a quitar un virus su portatil personal, y se encontro inmerso en una trama de espionaje y monjes polacos bastante epica:
Posiblemente la estafa más absurda de la historia. Un célebre compositor de música, heredero de una adinerada familia con inversiones en petróleo, llegó a pagar hasta 20 millones de dólares, 15 millones de euros, a una tienda de informáticos que le convenció de que era el objetivo de una surrealista conspiración del Opus Dei.
La historia, que podría haber sido escrita por Umberto Eco, comienza en 2004, según publica 'The Wall Street Journal'. El pianista Roger Davidson (58 años), ganador de un Grammy, llevó a arreglar su portatil a la tienda Datalink, en Mount Kisco, Nueva York. Tenía un virus, algo bastante normal, pero el dueño de la tienda, Vickram Bedi (36), y su novia, Helgha Invarsdottir (39), le anunciaron que había algo más que un troyano: una conspiración de sacerdotes polacos vinculados al Opus Dei que querían asesinarle.
Así comenzó la estafa del bisnieto de uno de los fundadores de Schlumberger, una petrolera que facturó 23.000 millones de dólares el pasado año con sus negocios en más de 80 países.
El pianista, para despistar a los 'sacerdotes perseguidores', pagó durante seis años una cantidad de dinero que oscila entre los seis millones de dólares que dice el Tribunal que lleva el caso y los 20 millones que calcula el jefe de policía que lleva la investigación.
Cuando acudió a la tienda por primera vez, su dueño le dijo a Davidson que el virus se había contagiado al resto de ordenadores de Datalink. Algo extraño, aunque menos fantástico que la historia que lo siguió.
Escaneados los discos duros, el origen del virus fue detectado en un pueblo remoto de Honduras. Allí viajó en un avión militar un tío de Bedi, militar indio para más inri, con el objetivo de recuperar el disco duro sospechoso, aunque sus pesquisas le llevaron a una conspiración de asesinato orquestada por sacerdotes polacos del Opus Dei, los 'malos' de 'El Codigo Da Vinci'.
Davidson, asustado, fue tranquilizado por Bedi: su compañía informática era en realidad una mascarada. Él trabajaba para la CIA evitando que el Opus se infiltrase en el Gobierno de Estados Unidos.
Así, a los miles de dólares de arreglar el portatil se sumaron millones de dólares para proteger las 24 horas del día al pianista y su familia. Incluso Bedi llegó a aparecer junto a Davidson en un vídeo colgado en Youtube en 2006 por una de sus fundaciones de caridad.
Los dos detenidos tenían en el momento de su arresto sendas cuentas con 1,6 y seis millones de dólares, además de joyas, coches de lujo y 150.000 dólares escondidos bajo la cama, según ha anunciado el jefe de Policía Anthony Marraccini.
La pareja tenía pensado huir a Islandia unos días antes de ser detenidos. Tanto Davidson como el Opus Dei no han hecho comentarios.
Voy a montar un negocio de estos...