Reaccionó como era de esperar. Ya no sé porqué salgo de casa, porqué siempre se lía, me cago en la puta de oros. Encima yo quedo mal, quedo como el machista cuando en realidad son otros, lamentable.
La multitud es la que tiene ideas preconcebidas en el subconsciente sobre la relación entre hombres y mujeres e intentan ocultarlas, a veces incluso de forma contradictoria. No son conscientes, pero ellos son los machistas.
Así que como os podéis imaginar, la respuesta a mi agresión fue que me vienen dos o tres seres, uno con el pelo de Diego Simeone, y los otros dos el típico de Justin Bieber pero muy exagerado. Por cierto no conocían a la chica de nada, y estaban en un grupo de ahí cerca.
Me empezaron a gritar y me querían zurrar, era su ocasión perfecta, para que lo entendáis era como cuando el jungla se hace el dragón sólo al principio de partida, era el momento de destacar entre las féminas y mostrar su virilidad.
No sé cómo, pero se me llevaron de ahí mis amigos, y yo vivo. Me llevé un empujón y un golpe en las costillas mientras me cogían y también unos cuantos insultos gratuitos de otra gente cuando se enteraron de la movida. Ah, y me buscaban para zurrarme así que nos fuimos a otra parte.
La cuestión es: ¿cuál es el límite? ¿Hasta qué punto amparamos la violencia? Lo hacemos, pero siempre hay excusas, putos hipócritas. Si una chica desconocida, por razones que están a las antípodas de la violencia me agrede y yo le devuelvo la agresión, ¿por qué se hace un juicio irracional de la situación?
Ambos hemos usado la violencia y ambos merecemos condena, aunque en este caso la condena fue sólo para mí y con más violencia, pero nadie condenó Simeone y los Biebers, lo contrario.
Solemos decir que debe haber igualdad de sexos, son utopías, combatimos el machismo con machismo disfrazado, no con igualdad. Se condenan a los hombres porqué en el fondo se cree que ellas son inferiores. ¿Ahora quién es el machista? Yo seré un estúpido intolerante que hace uso de la violencia, de acuerdo, pero si quién me hubiese pegado hubiera sido un hombre, ¿se me habría tolerado esa venganza? (Digo venganza, que podría decir defensa propia).
De hecho, con un hombre habría usado mis nudillos y usé la mano abierta, para ejercer menos presión en su pómulo, ¡anda! ¿Veis como mi inconsciente ve a una mujer como alguien más débil? Pues sí que soy machista, se ve que si.
Os lo cuento a vosotros porqué no sé abrirme un puto blog y para celebrar el fin del aggro 9. Tengan un buen año nuevo.
Resumen para didn’t read lol:
Salgo de mi cueva, pego una mujer y la gente se anima y se une y se va de las manos, por desgracia esto es cada vez más habitual en nuestras carreteras. Empieza 2016.