Sabías perfectamente lo que sentía cuando has cruzado la puerta.
En ningún momento te has dignado a dirigirme la palabra, ni a sentarte a mi lado, ni a intentar comprender lo que te decía.
Sabias sin embargo que estaba sufriendo, sabías que necesitaba un abrazo, un te quiero, o un beso aunque fuera falso, necesitaba saber que aun en parte seguías siendo mía.
El problema es que tu no quieres ser de nadie. Y si lo eres el que te posee debe comprender que eres suficientemente bella, inteligente y atrevida como para merecer que se te tenga en un altar por encima de su propio corazón.
Aquel que decide entregarse a ti, aquel que decide compartir su vida contigo lo hace sabiendo que todo gesto, caricia, palabra y pensamiento solo valdrá para reforzar una invisible cadena que le unirá mas a ti, pero es mentira.
Esa cadena solo lo une con su fantasía, con su idealización de lo que realmente eres para él. Y las cadenas que solo estan atadas a fantasias, a jirones de sueños, caen por su propio peso. El peso de la realidad.
La realidad de que no me quieres.
Cada sacrificio por ti es poco, te gustaba hacerme vivir con la idea de que en cualquier momento podías irte con otro que te mereciese mas que yo.
Solo necesitaba tu abrazo, tu sonrisa, tu calor, tu palabra, tu caricia...
Solo necesitaba que me mirases, al menos así hubieras visto el sacrificio, hubieras entendido hasta donde llegaba mi desesperación.
Quizás al mirarme te hubieras percatado de como la sangre goteaba desde mis muñecas hasta los cojines del sofá.
Quizás te hubiera preocupado ver aquel cuchillo con el filo en un vivo color rojo oscuro.
Quizás te hubieras asustado al ver mi rostro cada vez mas pálido.
O quizás solo hubieras lanzado tu ultima mirada de desprecio al ver lo lamentable que era por ser incapaz de afrontar mis propios problemas.
Te quiero, te amo, te deseo y te adoro.
Es un bonito pensamiento para retener mientras mi mente se va desvaneciendo y mi cuerpo se apaga poco a poco.
Bastaba con que me mirases para que entendieses que nadie te amaría como yo te he amado, pero a ti eso no te importa.
O quizás no, quizás haya sido mejor que te marches sin dirigirme tu ultima mirada.
Quizás quiera recordar que me querías de una manera especial que nadie ha sabido entender.
Quizás el infierno de los suicidas sea mejor que la vida con este amor no correspondido.
Quizás...