El debate político sobre los ongi etorri ha estado motivado por una iniciativa de PP-Ciudadanos, que entre sus propuestas incluía instar al Gobierno de España al cese de su delegado en el País Vasco, el socialista Denis Itxaso, por la “inacción” de este frente a los “actos públicos de enaltecimiento del terrorismo”. Pero este intento no ha prosperado.
La Cámara vasca ha acordado hoy “rechazar” los actos de reconocimiento “con ostentación pública a los presos de ETA” que salen de prisión y pide a quienes los organizan a que “dejen de hacerlo por sensibilidad hacia las víctimas y al dolor de sus familias”. El texto aprobado, presentado conjuntamente por el PNV, el PSE-EE y Elkarrekin Podemos, ha sido apoyado por los populares y Vox, y solo ha recibido los votos en contra de EH Bildu. Se ha repetido la votación que se dio en otro debate parlamentario sobre este mismo asunto celebrado en octubre de 2019. Como ocurrió entonces, el legislativo autónomo no ha llegado a “condenar” los homenajes a los exreclusos de ETA, como ha pretendido esta vez el PP-Ciudadanos en su proposición original.
Toda la atención estaba puesta en la posición que iba a defender EH Bildu tras hacer pública la denominada “Declaración del 18 de octubre”, leída por el líder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi y el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, al cumplirse 10 años del anuncio de ETA de poner fin a la lucha armada. EH Bildu expresó en esa declaración su “pesar y dolor por el sufrimiento padecido” por las víctimas de ETA y reconocía que “nunca debió haberse producido”. Rodríguez, en una comparecencia posterior ante la militancia de Sortu, aseguró que su formación estaba “reflexionando” para poner fin a estos homenajes a etarras.
Rodríguez no se ha salido de su guion y ha evitado desaprobar los recibimientos públicos a exreclusos de la banda. “Aquí ha habido múltiples violencias”, ha afirmado el parlamentario de EH Bildu, quien ha aprovechado para glosar las 400 “víctimas del Estado”, los más de 4.000 torturados, la desaparición de los cadáveres de Pertur y Naparra, el cierre de medios de comunicación, los 200 presos de ETA que “siguen sometidos a una política penitenciaria de excepción, criminal e ilegal”, las 16 personas fallecidas en accidentes de tráfico cuando se desplazaban a cárceles alejadas de Euskadi... Ha llegado incluso a referirse a los crímenes franquistas y a los muertos que “siguen enterrados en las cunetas”.
El emplazamiento del resto de grupos a EH Bildu a desmarcarse de los ongi etorris ha resultado baldío. Rodríguez ha negado que los recibimientos supongan una ofensa y humillación para las víctimas, porque se tratan de “actos de reintegración en su entorno familiar”. Estas “celebraciones”, según él, se realizan en su mayoría con “discreción” y “respeto a las víctimas”. Y ha asegurado que de las 35 salidas de presos de ETA de la cárcel este año “solo dos ongi etorris han tenido eco público”. El PP-Ciudadanos, citando el observatorio de radicalización de Covite, tiene contabilizados 94 homenajes realizados en 2019, 158 en 2020 y 80 hasta agosto de este año.
El otro foco del debate estaba colocado en la pretensión de los populares de solicitar el cese del delegado del Gobierno en el País Vasco por no impedir la celebración de estos homenajes. El intento no ha salido adelante, pero ha molestado al secretario general de los socialistas vascos, Eneko Andueza, quien ha lamentado que el PP haya utilizado la discusión parlamentaria para “tratar de desgastar al Gobierno de Pedro Sánchez”. “Denis Itxaso hace todo lo que está en su mano para impedir todos los actos que supongan un enaltecimiento del terrorismo. Lo que no puede hacer es prohibir por sí mismo estos actos, como tampoco pudieron hacerlo los delegados nombrados por el PP”, ha afirmado el líder del PSE-EE.