La noticia es de antes del follón de Sanchez, pero es interesante saber lo que viene este año y el que viene.
Expectante y preocupada con la tercera economía del euro, la Comisión Europea no ha querido extremar exigencias con la cuarta, pero, con todo, marca un ajuste de caballo al Gobierno de Mariano Rajoy en 2019, el año clave para retener el poder. No le valdrá como está intentando este año con cumplir gracias al crecimiento coyuntural de los ingresos. Deberá asegurar que el ajuste es real sin tener en cuenta el ciclo económico. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, suavizó el lenguaje asegurando que el Presupuesto presentado por España para 2018 «cumple en términos generales» -otra cosa sería grave- con las reglas europeas, pero tras quitar el celofán, el contenido es severo para el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Por un lado, le dice que esté listo para tomar medidas adicionales de ajuste este año, porque apuesta que se va a desviar en más de 5.000 millones del objetivo fijado. Por otro, le insta a preparar un ajuste de caballo en el año electoral de 2019. Le exige nada menos que un esfuerzo estructural del 0,65% del PIB, frente al 0,1% que iba a acometer, en su opinión, realmente el Gobierno. Eso se traduce en 7.000 millones de esfuerzo estructural que, para conseguirlos, Hacienda deberá asegurar cerca de un 1,4% nominal, según los expertos consultados. Es decir, unos 15.000 millones de ajuste en pleno año de, como mínimo, elecciones municipales y autonómicas en las que el PP parte muy debilitado en las encuestas.
Un fuerte ajuste además en un escenario de desaceleración, porque se prevé que este año sea el último con un crecimiento rondando aún el 3%. Podía haber sido peor, porque Bruselas está mostrando cierta flexibilidad -ya ha ocurrido recientemente con Italia y Eslovenia- a la hora de marcar el esfuerzo estructural que deben hacer los países del euro, pero es, con todo, duro de alcanzar para Rajoy en estas circunstancias. A eso se une el bochorno de que España queda ya como el único Estado de la Eurozona que continúa en peor pelotón del descontrol presupuestario, el único que permanece en el brazo correctivo con vigilancia especial bajo pena de sanción.
Lo que sí espera Bruselas es que España baje por fin del 3% de déficit con respecto al PIB este año con lo que saldrá formalmente en 2019 del pelotón de cola para pasar a la liga de los que deben hacer esfuerzo estructural de ajuste. Es de tal magnitud que se confirma lo importante que ha sido para Montoro no aprobar a tiempo este año el examen de salir del procedimiento de déficit excesivo, porque el ajuste en 2018 habría sido mucho peor e incompatible con las subidas de pensiones, aumentos de sueldo a los funcionarios y demás decisiones de gasto preelectoral.
El hecho es que parte de lo pactado con el PNV y con los funcionarios, entre otros, se prolonga en 2019, por lo que el Gobierno tendrá que compensar ese incremento de gasto con otros recortes o aumentando ingresos. La tentación es siempre elevar impuestos para no recortar más la Administración, pero los que más recaudan son el IVA o los impuestos especiales sobre los carburantes. Elevarlos en año electoral es lo que le faltaba al Partido Popular para redondear su caída en las encuestas. Es el problema de seguir, tras diez años de crisis, con el peor déficit de la Eurozona y 100% de deuda.
http://www.elmundo.es/economia/2018/05/24/5b05ba0722601d21788b4668.html
Montoro trampeando las cuentas para gastar mas con la subida de las pensiones, sueldos de funcionarios y en gastos electorales.
A partir de ahora, el ajuste viene de manera estructural, queda en total un recorte de 36.000 millones (6.000 2018, 15.000 2019 y 15.000 2020). Entiendo que los últimos 15.000 los alargaran al máximo para que sea espaciado en varios años, pero los de 2019 van a caer como una losa. Como no se pongan a cerrar televisiones publicas y las autonomias, no hay de donde tocar. El presupuesto en Educación es de 2.600 millones, por tener algo de perspectiva.
En resumidas cuentas, que el PSOE se va a comer el marrón.