La industria alimentaria (Codorníu, Cola Cao, Bimbo...) está valorando sacar sus factorías por el boicot. Han constatado una caída en ventas de un 40% en un mes.
En realidad, el cambio del domicilio social y fiscal de una sociedad de un territorio a otro es algo más simbólico que operativo. El argumento que ha esgrimido la mayor parte de las compañías para trasladar su sede es que se trata de un movimiento estratégico para proteger los intereses de sus accionistas, sus clientes y sus empleados.Por el momento, no ha implicado el traslado de sus centros de producción. Si esas fábricas no se mueven, el grueso de su plantilla no se verá afectado. Ni la relación con proveedores y clientes.
Planes para trasladar centros de producción
Pero la situación va camino de agravarse en unas semanas. Una declaración en firme de la independencia por parte de Puigdemont en los próximos días se considerará una provocación que las empresas catalanas no podrán asumir.
Llegadas a este extremo, según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes empresariales de alto nivel en Barcelona, una de las “medidas de fuerza” que han comenzado a pactar en determinados sectores estratégicos es trasladar también sus sedes operativas fuera de Cataluña.
Preparativos en la industria de la alimentación
Por el momento, los preparativos ya han comenzado en la industria alimentaria. Fuentes del sector en Cataluña consultadas por ECD revelan que la mayoría de empresas que acaban de huir de la comunidad, entre las que destacan Codorníu, Cola Cao, Bimbo, Pastas Gallo... disponen también de planes de contingencia que contemplan el traslado de sus fabricas y plantas de producción en varias fases.
El objetivo es que no afecte a la distribución y venta de sus productos. En algunas de ellas admiten que la existencia de líneas únicas complica el proceso de traslado de producción. Pero están dispuestas a asumir el coste. Otro de los problemas que deben afrontar son los límites que establece el Estatuto de los Trabajadores sobre la movilidad geográfica de las plantillas.
Estas sociedades han acudido inquietas de nuevo a sus asesores porque, después de haber trasladado su domicilio social y fiscal, se enfrentan ahora -dicen- a un “escenario incierto”: salida de la zona euro, problemas de aduanas, doble legalidad a la hora de pagar impuestos...
Pero sobre todo al impacto del “made in Catalonia”, es decir, el rechazo de sus productos por su origen y fabricación en territorio catalán.
Caen un 40% las ventas en el sector alimenticio
Según las fuentes consultadas por ECD, el nerviosismo se ha apoderado de los máximos responsables de algunas de las principales empresas de alimentación por este rechazo, especialmente en el mercado fuera de Cataluña.
Un primer “balance de daños” ha arrojado un dato alarmante que ha acelerado la elaboración de estos planes de contingencia para llevarse las fábricas de la comunidad.
Han comenzado a registrar un desplome en los pedidos en los últimos quince días por parte de grandes de la distribución del resto de España. Este descenso se ha reflejado en una caída de las ventas que se cifra en un 40% de media en un mes por el rechazo a sus productos en los lineales de los supermercados.
Es la primera industria alimentaria de España
La industria alimentaria catalana es la más potente de España. Según datos del Ministerio de Industria, facturó 21.261 millones de euros en 2014 y dio empleo a 422.432 personas. Representa un 24% de toda la industria española y es la primera de la comunidad, según la Generalitat.
En Cataluña se localizan un 35% de todas las grandes empresas alimentarias españolas (Freixenet, Codorníu, Lidl, Cola Cao, Bimbo, Pastas Gallo, Casa Tarradellas, Cervezas Damm...). Están ubicadas casi el doble que en la siguiente autonomía con más ventas en el sector de la alimentación: Andalucía, que factura unos 13.000 millones.