#17 Hombre pero no es tan directo, porque si como mínimo viéramos un pico de productividad pero ni eso.
#5 Hay que diferenciar entre el argumento económico que es el existente: que es el intento de cuadrar los estados de Bienestar actuales con inmigración para reemplazar las poblaciones con tasas de natalidad bajas, del magufo que es el de plan Kalergi de intentar destruir la cultura europea por Soros y cia, etc...
Un estado de Bienestar es algo que tiene generalmente una estructura piramidal: sus gastos tienden a crecer con el tiempo. Por lo que para ser sostenible hace falta que la base de cotizantes también crezca con el tiempo. Como esto choca de lleno con la transición demográfica de todas las economías ricas, todas las socialdemocracias están en jaque en lo que respecta al largo plazo.
La opción que comúnmente se ha adoptado para intentar solucionarlo es lo de la inmigarción, en principio basándose en el éxito que tuvo para USA, en donde su edad dorada del siglo 19 coincidió con grandes flujos migratorios (de hecho, USA sigue siendo un caso de éxito en lo que respecta a inmigración, por chocante que suene). Pero claro, como ya sabemos esto topa con muchos problemas que es de integración, parece ser que la experiencia migratoria de USA, con inmigrantes principalmente europeos a un país culturalmente europeo no es traducible a la experiencia de africanos y asiáticos migrando a países europeos. De hecho, hace poco me encontré con esto directo de Dinamarca:
Hay una relación entre el origen cultural de los inmigrantes y el coste que suponen a las arcas del Estado, lo que choca de lleno con el plan principal que es traerlos precisamente para sanear las cuentas. Algunos inmigrantes son un coste neto en todo momento de su vida.
Fuera de la inmigración, ¿pueden sobrevivir los estados de Bienestar actuales? Japón se niega a abrirse como lo ha hecho Europa y parece estar en franco estancamiento, aunque supongo que se podría decir que tampoco le va tan mal comparado con Francia o Suecia.
Una idea es la de la redistribución, que tal y como suena radicaría en hacer cada vez los impuestos más progresivos para que las rentas altas paguen más y más el creciente coste del estado, pero esto en un mundo con el capital tan globalizado como el de hoy es difícil, ya que esa gente se irá. De allí que gente como Zucman y Piketty aboguen por un impuesto a la riqueza mundial.
Fuera de eso no hay muchas alternativas factibles francamente. Ir desmantelando poco a poco el estado del Bienestar para hacerlo sostenible o hacer una apuesta por la automatización y las máquinas. Pero lo primero es altamente impopular y lo segundo bastante irreal de momento.
Por lo que en este clima de incertidumbre de las cosas que nuestros padres daban por sentadas, y del fracaso de una política que ha traído conflictividad social es donde hay una ventana muy grande para que se cuelen populistas a soltar soflamas altamente atractivas para el pueblo. Casi se podría decir que estamos en Weimar.