Una carta de un fan a los borregos estos, agradeciendoles su cancion "Zapatillas".
Querida emisión sonora con pretensiones melódicas proferida por un perturbado mental.
(Vulgo: Querido Canto Del Loco)
He de confesar que me tiene usted desconcertado.
Al principio me costaba mucho descifrar sus mensajes, ya que el portavoz de su esfera conceptual no es precisamente reconocido por su capacidad de vocalización clara y concisa. Ahora que ya he reajustado mi oído y soy capaz de entender, casi a la perfección, el castellano que practica, he de decirle que me asalta la duda.
Verá, estoy totalmente de acuerdo con eso de “amaestrados, vamos todos al mismo sitio” que dice usted. Fíjese si estoy de acuerdo que hace tiempo que dejé de ir. Salvo alguna incursión nocturna esporádica como la que comentaré más adelante, y que, en parte, ha motivado esta carta.
Le recomendaría que hiciese lo mismo, es decir, haga otras cosas y olvídese de esos lugares. Hay más formas de divertirse, seguro que si busca bien las encontrará. Ese brillito inteligente en su mirada me lo dice.
Si le soy sincero no acabo de entender porque insiste en ir, ya que parece disgustarle mucho lo que encuentra allí. A decir verdad, me sorprendió usted en el primer estribillo, porque tras la protesta con la que abre la canción, y después de haber manifestado lo bien que se está en su sofá, escucharle decir eso de que quería entrar en el garito, y además con zapatillas, se me hizo raro, pero bueno; cada uno es libre de ser incoherente cómo y cuando le apetezca.
El caso es que, como le decía más arriba, anoche hice una excepción y visité uno de esos garitos donde, por cierto, casi todo el mundo iba en zapatillas.
Llegados a este punto he de romper una lanza a su favor.
Con toda esa gente ocupándose de cosas superficiales como la inmigración, el uso de dinero público para mentir al ciudadano (me refiero a las campaña anti-piratería, no sé si sabe usted algo de eso, de hecho no sé si sabe usted algo, así, en general.), todos esos temas aburridos, ya me entiende, la desigualdad social, la manipulación mediática, nuestros soldaditos yéndose a guerras que ni les van ni les vienen, en fin, todos protestando y a nadie, hasta que usted llegó, se le había ocurrido poner el dedo en la llaga; denunciar en voz alta, y con éxito, los dos puntos que realmente conforman la problemática de la juventud española a día de hoy:
El libre acceso a los locales, usando zapatillas, y el aparcamiento.
Eso sí que es cortar de raíz.
Pese a que el segundo punto me de bastante lo mismo, porque suelo ir a pie, he de reconocer que las élites intelectuales y los más vanguardistas en eso de la lucha por los derechos civiles van a tener que tomar buena nota de su osado gesto y de su indiscutible victoria. Al menos en lo que al primer punto se refiere.
Como le decía, ayer visité uno de esos garitos que tan poco le gustan, y a los que parece ir siempre que puede, y tuve una epifanía con respecto a su canción, que es lo que me ha impulsado a escribirle esta carta de agradecimiento.
Me sucedió cuando ya la habían puesto cinco o seis veces. Sé que algunos dirán que el hecho de que la pongan tanto, en sitios así, la convierte en “esa puta música indiferente” que usted denuncia, pero ellos no han visto la luz.
Habiendo comprendido la magnitud de su labor social me asaltó la duda que mencioné al principio y que paso a exponerle a continuación:
¿Va a seguir con su cruzada y regalándonos canciones que cambien el mundo o va a sumirse en el silencio para que los ecos de perfección de su obra marquen el camino a los que vendrán después?
A mí me parece más épico lo segundo, más a la altura de un héroe postmoderno como usted. No obstante no seré yo quien le diga qué debe hacer.
Sin más que añadir, se despide atentamente,
Un fan.
Fuente: http://www.tormentasenlamente.org/2006/09/carta_al_canto_del_loco_1.php