Espero que quienes abogan por la libertad de insulto y exigen la autocrítica como una cualidad ajena de respeto hacia nuestros derechos, puedan responder a algunas preguntas:
¿Cuál es el fin de estas acciones?
¿Podríais aplicar el "metodo" en vuestro a día a día?
¿Qué resultados creéis que obtendríais?
¿Habéis sido objeto de insultos?
¿Os ha hecho ello recapacitar sobre vuestros defectos?
¿Ha sido ello suficiente para lograr el cambio deseado?
¿Conocéis otras formas de lograr estos objetivos?