El término gamificación está ya tan sobreexplotado que casi ha perdido toda credibilidad. Sin embargo, de vez en cuando, te encuentras con iniciativas como Classcraft que te reconcilian de nuevo con la palabra. Si aún no lo conoces, imagina cómo sería estudiar en una escuela o instituto en el que, para aprobar, tienes que ir acumulando puntos y jugar con tus compañeros. La idea arrasa.
Classcraft es un juego RPG pensado para servir de herramienta adicional a las clases de toda la vida con libros, alumnos y profesor. En Classcraft cada alumno asume el rol de un personaje (sanadores, guerreros o magos) y tiene que ir acumulando puntos para subir de nivel y acceder a ventajas en el mundo real.
Por ejemplo, ayudar a otro estudiante con sus deberes te da 75 XP; encontrar un error en los apuntes de clase, 50; participar y trabajar duro cada día, 100. También puedes perder puntos si llegas tarde a clase, discutes con el profesor o si no haces lo deberes. Los jugadores pueden morir, perdiendo todos los puntos y dañando a sus compañeros de equipo. Si eres bueno, consigues premios como tiempo extra en un examen o preguntar si estás respondiendo bien a una pregunta durante un test.
Todo esto es la idea del profesor y programador Shawn Young, a quien le sorprendía que con toda la tecnología disponible hoy en día, siguiéramos enseñando en las escuelas, institutos y universidades igual que lo hemos hecho durante décadas. Con la ayuda de su padre y su hermano, Young creó Classcraft, una iniciativa que ya utilizan más de 7.000 niños en escuelas de 25 países, a pesar de estar solo disponible de momento en inglés y francés. Según él, el juego motiva a los estudiantes, les enseña a colaborar con sus compañeros y, sobre todo, hace que estudiar y aprender sea algo más divertido.
Classcraft es gratis, aunque a finales de año Young lanzará una nueva versión con niveles de pago y versión para el móvil. Puedes ver a Young explicar la iniciativa debajo. La gamificación puede seguir siendo una moda pero, con ideas así, al menos es útil.