Yo me fui con mi pareja a Bilbao echando pestes de mi tierra: Murcia. No quería volver ni en pintura, me encantaba (y encanta) Bilbao. Pero pasaron 2 años, y al final la distancia iba haciendo mella y echaba de menos muchas cosas: amigos de toda la vida, familia, perderte cosas importantes, muertes de familiares y darte cuenta de que no puedes estar...
Al final volvimos, y desde entonces valoro infinitamente más todo, aún siendo consciente de ciertas mierdas. Ya he hecho mi vida aquí, y cuando he tenido la oportunidad de volver a irme, la he rechazado sin pensarlo. Tengo claro que mi vida está aquí.
Supongo que tiene que ver mucho con el arraigo que tengas.