Salt es un municipio con 31.000 habitantes. El 43% son inmigrantes y uno de cada cuatro está en el paro (el 13% entre los autóctonos). La propia alcaldesa sostiene que la situación es difícil y complicada. Pero insiste en negar cualquier vínculo de delincuencia e inmigración.
El centro de Salt es también un avispero. En 1,5 kilómetros cuadrados viven 15.000 personas. Son pisos de la década de 1970 que primero ocupó la inmigración andaluza. En sus calles uno puede elegir hoy la carnicería marroquí en la que comprar, desde dónde quiere enviar el dinero a su familia en el extranjero, qué repostería típica africana prefiere... En 10 años la población inmigrante ha pasado del 6% al 43%.
La consecuencia más palpable de la mezcla son los problemas vecinales. Sobre todo en las comunidades de pisos. Javier Ríos los vive. Por eso ayer estaba también en la puerta del ayuntamiento, desesperado.
Tiene 30 años. Su madre es catalana; su padre, sevillano. Aterrizaron en Salt en busca de una vida mejor. "¿Y ahora qué? ¿Se tienen que mudar porque los vecinos no pagan la comunidad?", lamentó. Ríos ya no habla de inseguridad, sino de un conflicto entre autóctonos e inmigrantes. La alcaldesa niega que el problema radique en los extranjeros. "Ha habido un cambio en la tipología de los delitos y eso ha aumentado la alarma social", defiende. En el último trimestre de 2009, en Salt hubo 189 robos (60 entradas en trasteros y garajes, 27 tirones de bolso, 72 robos en el interior de los coches y 30 hurtos de vehículos). La tendencia indica un aumento de los robos con fuerza.
La convivencia se agrieta en Salt
Mimoun es un joven marroquí de 32 años. Viste a la moda (americana, camisa, tejanos) y tiene un Audi. Lleva cuatro años en Salt, donde trabaja de oficial en la construcción. Antonio Romero es un malagueño de 49 años. Viste informal (con bambas, tejanos y chaqueta de cuero). Lleva 40 años en Salt y en la actualidad está en paro. Ambos se enzarzaron ayer en una discusión que sirvió como detonante de una serie de enfrentamientos en la puerta del ayuntamiento. Mimoun dijo que los españoles también roban. Romero le gritó que se fuese a su país.
Se mantendrá el despliegue policial
El consejero de Interior ha llamado a la "tranquilidad" en Salt durante la inauguración del parque de Bomberos de Cassà de la Selva (Girona). "Haríamos un mal favor si agrupáramos los temas de seguridad con los de convivencia", ha insistido.
Saura ha confirmado que el despliegue policial se mantendrá hasta que haya una situación de normalidad. "Creemos que ayuda a la normalidad, aunque tampoco queremos dar la sensación de que Salt está tomada por la policía". "Pero mientras haya una situación que potencialmente pueda ser conflictiva, la presencia de Mossos será más importante", ha matizado.
La miembro de SOS Racisme, Begoña Sánchez, ha apostillado que es una situación "preocupante" por incidir en el binomio 'inmigración-delincuencia', y se está agravando por la crisis. "La gente está desesperada y canaliza su rabia hacia la xenofobia", ha dicho. Por su parte, el miembro de Asamblea para la regularización sin condiciones, Enrique Mosquera, ha dicho que cree que el Gobierno no pone medidas urgentes para solucionar esta situación y alega que el problema "reside en la inmigración" y por ello no proceden a la redistribución de la economía, que es lo que "deberían hacer".
Estas instituciones han sugerido que se haga un análisis conjunto de la situación para entender su envergadura, que se establezca una renta mínima básica para aquellos más desfavorecidos (tanto residentes como inmigrantes), y que se pongan en práctica medidas de convivencia así como políticas de seguridad.