La situación por la que pasó Cristina Cifuentes en el Eroski situado en frente de la Asamblea de Madrid no pudo ser más bochornosa, máxime cuando se trataba de la número dos de la Asamblea de Madrid y una de las candidatas que figuraban en las listas del PP en las elecciones autonómicas y municipales del año 2011.
1- La pillan robando
Una empleada del Eroski situado en la avenida Pablo Neruda se percata de que una mujer elegantemente vestida sustrae unos tarros de crema en la sección de perfumería.
2- La llevan al cuarto de intervención
Ya en la línea de cajas, un vigilante de seguridad se acerca a Cifuentes y le pide amablemente que le acompañe al cuarto de intervención –una habitación donde se realizan inspecciones a las personas sospechosas de robar productos en el híper–.
3- Cifuentes lo niega todo
La hoy presidenta madrileña intenta salir al paso de la acusación de la seguridad del Eroski, asegurando que ella no ha cogido ningún producto. Es más, asegura que los tarros de crema ya los llevaba encima cuando entró en el establecimiento.
4- Le intervienen los botes
Tras el chivatazo de una empleada, el guardia le pide a Cifuentes que vacíe el bolso azul. Ella duda, pero al final saca un tarro de crema Olay antiedad. El miembro de la seguridad del híper le pide que le muestre el interior del bolso. Entonces aparece un segundo tarro de crema. Continúa la inspección para comprobar que no existen más productos ocultos.
5- Lo reconoce todo y acaba pagando
Ante la evidencia, a Cifuentes no le queda más remedio que reconocer todo los sucedido. Decide pagar de su bolsillo los dos botes de crema sustraídos antes de salir por la puerta de atrás del hipermercado lejos de las miradas del resto de clientes.