Buenas a todos, cómo están ustedes... ¿todo bien? Y yo que me alegro. Hacía tiempo que no abría un hilo de esos quejicas en este subforo, pero ante los sucesos de estos últimos meses, creo que va tocando.
La empatía ideológica inconsciente
No hace falta explicarse mucho: creo que todos aquí sabemos de sobra que existen dos bandos mayoritarios en esto de la política, y que casi todas las opiniones sobre casi todos los temas que nos afectan, vienen dados por la pertenencia ideológica a estos bandos, incluso aún cuando no tiene por qué haber relación alguna con las bases políticas de ese bando, con la razón que subyace a una ideología en concreto. Es como si soy madridista, y digo que Cristiano Ronaldo es el mejor jugador del mundo... porque está en el Madrid . Independientemente de que sea verdad o no, mi argumento es inmediatamente incorrecto, incluso aunque el Madrid fuera el mejor equipo del mundo (en tal caso sería una falacia).
Sinceramente, no tengo ni puta idea de cómo está el fútbol ya que no me gusta, pero era sólo para que me entendiérais. Pese a que parece un ejemplo malo, es un ejemplo jodidamente perfecto para explicar la ideología de la gran mayoría de la gente, y de cómo sentir empatía por una pequeña idea de un bando, le hace automáticamente empatizar con todo el resto de ideas atribuídas al mismo, por arte de magia.
Y es que, todos sabemos que las opiniones generalizadas de cada bando, son...:
¿Qué sentido tiene esto? Es decir, apoyar a la tauromaquía o no, dependerá de si a mí me parece prioritaria la identidad cultural de mi país, o su entereza dentro de nuestros valores éticos. Y desde luego, será muy importante cómo considere de importante el sufrimiento animal y sus consecuencias en la mentalidad de mi sociedad. La inmigración dependerá, a su vez, de si mis valores éticos tienen matices que apuntan más a una conducta individualista, que a una cooperativista, así como a mi idea de lo preparado que está mi país para acoger a más gente. Y así sigue con todo.
No obstante, si habéis sido educados en un entorno más cercano a un bando que a otro, sin importar cómo sean vuestras ideologías relativas a cada tema en concreto, empatizaréis más con las ideas de vuestro bando inconscientemente, y ¡hasta las defenderéis pese a que no tengáis argumentos para ellas!
A - "Iyo, ke te digo que er Ronaldo éh mejor, que ehtá en el Madrí cohone, o ehque no te entéra?"
B - "Pero tío, que Messi ha marcado más goles, ha realizado más asistencias, y ha salvado a su equipo de más jugadas del equipo rival que Cristiano!"
C - "Anda no me tokeh lo cohone que te rajo"
Esto mismo sucede en política cuando defendemos una ideología solamente porque es más característica de nuestro bando. No conocemos los argumentos, sólo la apoyamos porque otros que creemos que piensan como nosotros, la apoyan. Y no obstante, seguimos enfadándonos y cerrándonos en banda cuando se nos dan argumentos que apuntan a la dirección contraria.
Cuando la empatía hacia una idea implica menospreciar la otra
Creo que tampoco hace falta mucha introducción para la siguiente tabla, que esta vez representa qué piensa cada bando de las ideas del contrario. Quizá algo más rebuscado y no tan genérico como el anterior, pero sin duda son falacias del hombres de paja que se ven mucho en ambos bandos:
Por si no habéis hecho los deberes y no sabéis lo que es una falacia hombre de paja:
La falacia del hombre de paja es una falacia que consiste en caricaturizar los argumentos o la posición del oponente, tergiversando, exagerando o cambiando el significado de sus palabras para facilitar un ataque lingüístico o dialéctico - Wikipedia
Extrapolándolo a nuestros dos personajes acérrimos al fútbol...:
B - Me encanta cómo lo ha hecho Piqué esta temporada, no ha marcado muchos goles, pero tiene buen control de la pelota y hace buenos pases.
A - Sí enga, klaro tio klaro xdd tiene la pelotita tol dia no te jode, y es er puto amo por aser pases ke asta mi primico pekeño ase ajajajajj.
B - Pues gracias a esos pases se marcaron la mitad de los goles...
Al final la postura está clara: la mayoría de la gente, al sentirse perteneciente a un bando o a otro, reniega tanto del aspecto objetivo de su postura (los datos que apuntan a una conclusión clara), como incluso de su propio aspecto subjetivo (la premisa personal sobre la que se sostiene una decisión), por lo que al final su postura pasa no sólo a no tener validez, sino a tampoco tener personalidad alguna.
Esto pasa todos los días en nuestro país y en todo el mundo, y en este mismo foro podemos ver comentarios que son perfectos ejemplos de ello. De ambos bandos por igual, sólo dejando unas pocas personas que, pese a también sentirse afines a un partido político u a otro, no comulgan con cada una de sus ideologías, y tienen una opinión propia sobre todos esos temas.
Tenemos que ser más objetivos y a la vez más subjetivos
Si tú eres afín al Frente Nacional de Palomas No Voladoras (FNPnV), y defiendes su causa de que volar es malo para la salud, pero alguien de Colectivo Palomil Volador (CPV) te argumenta que las palomas debéis volar por el bien de vuestra salud física y mental, y te da datos objetivos, deberías saber escuchar a esa paloma y admitir que quizá su postura sea más cercana a la realidad que la tuya. Lo que no tendría sentido, sería decir lo contrario.
Pero lo que tampoco está bien, es que si el CPV apoya la creación de locales voladores, y el FNPnV alega que los costes son tan desorbitados que se vuelven inmantenibles, tú por ser del CPV apoyes los locales voladores. Pueden gustarte más (parte subjetiva) pero el dato objetivo apunta a que terminará siendo negativo para la economía de la sociedad de palomas que se comiencen a crear locales aéreos.
La moraleja de esta historia sobre palomas, es que si un dato objetivo apunta en la dirección ideológica inversa a la tuya, no debería importar tu afiliación política, ni tu ideología actual, sobre cómo interpretarás la postura a la que apunten dichos datos. Has de verlos con mente fría y calcular su validez sin importar qué pensaras anteriormente ni qué diga el partido por el que comulgas, porque si no, estarás autoengañándote (además de estar equivocado).
Sucede que a veces, para tener una conclusión sobre un tema y por tanto definir una ideología respecto al mismo, la base no son datos objetivos, sino una pequeña opinión, un componente subjetivo que generalmente apunta a nuestros valores y nuestra ética personal. Cuanta menos subjetividad mejor, pero muchas veces es necesario tener una poca para poder lanzar nuestra idea de algo.
En estos casos, de nuevo, perdemos si nos dejamos llevar por los colores. Dejar que la subjetividad de otro invada la nuestra es un error; está bien escuchar, entender y tolerar, a veces incluso pueden ayudarnos a formar la nuestra, pero nunca acatar una premisa subjetiva sólo porque la dijo X persona. Tenemos que llegar a ella nosotros mismos.
¿De dónde nace este problema
De que siempre, siempre, siempre, tendemos a pensar en todos los temas como en dos extremos, sin jamás ver lo que hay por el medio. En España, antes teníamos esto:
Pero claro, el PSOE se fue medio a pique, surgió Podemos, y el panorama pasó a ser este:
Qué curioso esto de encontrar imágenes ya hechas para estos "enfrentamientos", ¿verdad? ¿No os parece irónico que se enfrente de tal manera a dos partidos, cuando tenemos cientos en España? Bueno, sucede que esto sucede con más cosas, como por ejemplo, en la discusión entre nuestros amigos amantes del fútbol de los ejemplos de antes. Cada uno defiende su color, sólo que en un caso vimos como uno de ellos defendía el suyo de forma ciega, y el otro de forma consciente. Sucede que ni siquiera nuestro colega B tendría toda la razón si los datos que ha dado son mentira (que podrían serlo, repito, no tengo ni puta idea de fútbol).
Esta costumbre es jodidamente insalubre. ¿Consejos? No sigáis fielmente a nada ni a nadie, tened ideologías propias, buscad matices, y no menospreciéis las ideologías contrarias. De hecho, escuchadlas, pues quizá podáis aprender algo de ellas, ya sea adoptarlas o redefinir ligeramente algún matiz de vuestra postura ideológica. Y muy importante, no os pongáis etiquetas. Considerarse a sí mismo podemita, pepero, liberal, conservador, socialista o comunista, es un error. Podéis sentiros más a favor de una corriente u otra, por lo que está bien decir hacia donde tiráis, pero poneros la etiqueta como si fuera una chapita, sólo sirve para hacer notar que estáis sumamente sesgados.
Moldear nuestra concepción de todo en base a un bando, a un partido, o incluso a un entorno familiar, es un grave error que lo único que hace es desacreditaros. Y muchas veces quedáis en evidencia, gente de ambos bandos, cuando os encontráis ante una situación como esta.
Ah, y tratad de evitar la montaña de la estupidez...:
Un saludo.