Pues veréis, ahora mismo curro de noche de vigilante en una obra. Y cada noche veo pasar a un par de perros callejeros que se meten en la obra donde estoy yo para buscar algo de comida. Los dos son grandes, tipo Pastor Alemán. Hay uno que en cuanto me ve se va corriendo pero hay otro que sin embargo cuando intenté llamarlo se acercaba poco a poco, con mucha desconfianza pero se acercaba. Lo acariciaba un poco y el "me daba las gracias" chupándome las manos y siendo muy cariñoso, aunque se le veía muy asustadizo. Pero sin embargo, está 5 o 10 minutos y se va.
Cada noche viene al menos una vez (le he puesto de nombre "Cínico"), yo ya le tengo preparado un cacharro con agua, para que beba, él me lo agradece lamiéndome y poniéndose al lado mío e incluso alguna vez le he dado un trozo del bocadillo que llevaba yo. Yo lo acaricio aunque tenga pulgas (aunque lo curioso es que llevaba un collar antiparásitos, pero le venía un poco pequeño, así que un día se lo agrandé para dejárselo más desahogado). Pero aún con todo esto, él se va al poco rato. Según parece es un alma libre que disfruta siendo callejero y que yo, por muy bien que me porte y le de comer y de beber a él le va a seguir gustando ser callejero.
Pero como bien es sabido, según parece mi deber como ciudadano es llamar a la perrera siempre que vea a un perro callejero, pero sin embargo, viendo que con lo que disfruta "cínico" es siendo callejero, por qué debería llamar a la perrera para que lo enjaulen?? ¿Por qué debería llamar a la perrera?
Bueno, me voy a dormir, luego os respondo.