Derribaron la estatua de Ponce de León durante la madrugada del domingo para el lunes, horas antes de que Felipe VI llegase a la ciudad de San Juan, Puerto Rico.
El grupo Fuerzas Libertarias De Borikén ha reconocido orgulloso la autoría de los hechos.
«Ante la supuesta visita del rey de España, Felipe VI, a Puerto Rico y la escalada de invasores gringos apoderándose de nuestras tierras queremos enviar un mensaje claro: ni Reyes, ni gringos invasores; Borikén es nuestro. Juan Ponce de León quien fuera el primer gobernador impuesto por la tiranía de España hace más de 500 años representa lo peor», reivindicó. Y añadió: «Juan Ponce de León fue el cabecilla del aplastamiento a nuestros ancestros taínos que resistieron bajo el liderazgo de Agüeybaná El Bravo. La historia no se ha contado bien pero la generación que no se deja viene al rescate de la misma y con orgullo lucharemos como los pueblos originarios de Borikén».
Hasta ahora, los actos de hostilidad hacia estatuas de conquistadores españoles se habían dado en diferentes partes de EE.UU. y del continente americano, pero no habían llegado hasta la isla de Puerto Rico.
La ola más reciente tuvo lugar entre julio y octubre de 2020, cuando tras el asesinato de George Floyd se derribaron al menos cinco estatuas de Cristóbal Colón en Boston, Miami, Houston, St. Paul (capital de Minnesota) y Richmond. Después de EE.UU., en septiembre de 2020, un grupo de indígenas derribó la estatua del conquistador español Sebastián de Belalcázar, fundador de Cali y Popayán.
Un mes después, en la avenida Reforma de la Ciudad de México, las autoridades locales retiraron una estatua de Cristóbal Colón, días antes de la conmemoración de su llegada a América. Días más tarde, La Paz (Bolivia), un grupo de activistas rebautizaron la Plaza de Isabel de Castilla. La llamaron Plaza de la Chola y le pusieron una pollera -la falda tradicional que utilizan las mujeres indígenas- a la estatua de Isabel la Católica.