#99 Qué Rayko curre en una guardería no representa nada; todos los padres tienen hijos y esto no les convierte en, buenos, educadores..., ni siquiera la experiencia puede solucionar un problema de base, como puede ser la propia educación recibida, y de un hijo a otro el cambio puede ser tan superficial como lo puede ser el cambio de candidato de un partido político. Cambios tan previsibles, que de no serlos habrían mandado al garete a la teoría del orden del nacimiento antes de ser pasada a limpio.
La ignorancia de los padres y educadores en estos casos crea un efecto tornado donde el hijo simplemente no sabe a que atenerse. Por un lado se les trata como si fueran incapaces, prohibiéndoles actuar, cuestionar y equivocarse. Por otro se les castiga como si sus errores fueran causa de malas acciones premeditadas o desafíos de autoridad, ignorando su condición de extrema curiosidad ante un mundo que se les abre a cada paso y pecando de prepotencia; al no ser capaz uno de considerarse a sí mismo como el ignorante que una vez fue y sobretodo, el mayor pecado de un educador, no reconociendo la propia ignorancia para motivar el aprendizaje y confundir la sinceridad con debilidad, creando una falsa autoridad que se esfuma como la mentira que se construye entorno a una jerarquía tan falaz, como lo es considerar al fruto mejor que el árbol, cuando uno fue fruto y el de uno será árbol.
Los padres que fracasan; ni han sido educados, ni han aprendido lo que es el respeto.
Yo no haría lo que hace el vecino, pues si algo he aprendido es que lo mejor es que sea yo quien intermedie..., y así ocurre.