La investigación de los agentes de la Brigada de Extranjería y Fronteras comenzó en julio. Los agentes localizaron a otros antiguos trabajadores que corroboraron haber trabajado en esas mismas circunstancias, ante el temor de ser despedidos y por necesitar ingresos para subsistir.
Las condiciones abusivas de trabajo consistían en realizar jornadas laborales de 12 horas diarias, llegando en algunos casos hasta las 17 horas, durante todos los días de la semana y sin disponer de contrato laboral. El propietario del local les abonaba alrededor de 3,5 euros por hora trabajada y les descontaba las consumiciones que tomaban para poder aguantar las largas jornadas maratonianas de trabajo.
Los trabajadores no disponían de vacaciones, no cobraban pagas extraordinarias ni finiquito al finalizar su relación laboral. Los víctimas de este empresario trabajaban como camareros, cocineros, personal de limpieza y de mantenimiento y no denunciaban por necesidades económicas y personales.
Las investigaciones han concluido con la detención del dueño del local, en la operación policial denominada 'Hunter'. Por su parte, CCOO en Baleares ha manifestado su condena por la "execrable actuación del dueño" del bar y ha animado a los trabajadores a que, ante los incumplimientos de la legislación laboral, se ejerzan las pertinentes denuncias con el fin de evitar situaciones como la conocida.
Es increíble la mentalidad de algunas personas que tienen a gente en estas condiciones aprovechando la desafortunada situación económica que viven muchas familias y están obligados a coger lo que sea con tal de poder mantener a sus familias. Hay que ser muy hijo de puta para hacer algo así.